Amber Y Nelly

- NELLY - 11

30 Años.

- Claro que... claro que quiero verte de nuevo - jadeo con dificultad - Pero...

¡Lo dijo, al fin lo dijo, al fin pudo decir lo que en verdad desea!

- Nelly - me mira con los ojos muy abiertos.

Es como si no estuviera cansada aún, hay energía en su rostro, porque acaba de notar que también acabo de reunir fuerza, ¿o solo es el salto de alegría que estoy dando por dentro?

¿Por qué me siento tan satisfecha, tan feliz?

Escuchar esa confesión, me hizo olvidarlo todo.

Solo soy consiente de que mis dedos siguen dentro de ella.

- Ah...

Comienza a sentir como voy saliendo de ella lentamente, trayendo conmigo el orgasmo que no logro salir.

- Mmmm - Amber traga saliva al sentirlo.

Miro hacia abajo y veo mis dedos llenos de ella.

- Amber - la llamo para que me mire.

Amber me mira sin parpadear esperando a que haga algo.

Dios, tengo una ganas enormes creciendo sin parar.

- Ven aquí - le pido.

- ¿Qué?

Trato de jalar una de sus manos con fuerza para que se levante.

- Ven - le pido mientras me acomodo.

Estoy de rodillas en la cama, pero termino bajando el culo, quedando sentada y flexionada.

- ¿Qué quieres que haga? - Amber pregunta sin entender.

- Siéntate - le indicó - Encima de mis piernas.

Lo duda un segundo, pero termina por acercarse, acomodando sus piernas para subir en las mías y sentarse mirándome de frente.

Dios, es hermosa.

- Bien - paso mi brazo al rededor de su cintura teniendo sus pechos sobre mi cara - ¿Estás lista?

- ¿Para qué?

- Para desearlo aún más.

- ¿Qué?

Paso mi mano por en medio, para posicionarla por debajo de su vagina, con los dedos que aún tienen sus fluidos.

- Vamos a desear más lo que estamos haciendo - susurro pegando los labios debajo de sus pechos - Necesito que se desee más.

- Pero...

Vuelvo a introducirle mis dedos lentamente.

- Oh, dios... - se abraza a mí y yo a ella.

- Móntame - le pido - Muévete sobre mí.

- Ah - Amber no se resiste.

Lentamente, comienza a subir y bajar su cuerpo, metiéndose mis dedos a su gusto mientras mi boca recibe sus pechos que rebotan en cada movimiento.

No puedo, por más que intento, recordar una noche en la que me la haya pasado así con alguien, ni una sola vez sentí lo que estoy sintiendo.

Cada caricia, cada beso, cada segundo que pasa solo se hace mucho mejor. El momento que estoy viviendo, es como si recibiera una clase de recompensa, por algo de lo que no tengo idea.

- Nelly.

Es como si estuviéramos creando un universo entero y todo estuviera bajo nuestro poder, bajo el poder de nuestras manos, de mis ganas, de las suyas, de nuestro deseo mutuo que no hace perdernos en la otra.