- AMBER - 7

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34 AÑOS.

Una pesadilla me hace desvelarme el resto de la noche.

Unos ojos verdes me miraban por todos lados y me sentí vulnerable, intentaba escapar corriendo, pero eso no servía de nada, siempre estaba ahí, hasta que sentí que caí al vacío y desperté jadeando, sabiendo quien tenía la culpa de ese mal sueño.

- ¿Esa era Nelly?

Antes de ir a dormir, salí a cenar con mi esposo y mi hijo. Todo corría muy normal, pero después, en mí nunca empecé a sentir un extraño cosquilleo al escuchar a un par de mujeres hablar.

Mi curiosidad me hizo voltear y así logré ver a una mujer alta, de cabello moreno, largo, con un porte serio y elegante, que deja impresionado a cualquiera, pero que a mí, me dejó en shock, sintiendo que esa mirada que cruzamos era familiar.

Es viernes por la noche, logre resistir el día con sueño luego de la pesadilla así que decido escapar de casa e ir a un bar que no suelo frecuentar, es uno con mucha gente, con todo tipo de gustos, no especial como en los que suelo esconderme, pero es lo más cercano que tenía para despejar mi mente y buscar una noche de distracción con alguien.

- Bien...

Y ese alguien aparece casi de inmediato al verme llegar, solo tuve que mantener la mirada en ella para que decidiera acercarse e insinuarse, rozando su mano con la mía, con clara intención.

- Vamos a otro lugar - me pide.

La miró fijamente intentando adivinar su edad.

Se ve muy joven. Es alta, morena, delgada, femenina, con un cuerpo nada vistoso, con rasgos simplones, pero con el tipo de ojos que buscaba.

- ¿Qué edad tienes? - pregunto.

- Tengo veintiocho - responde - ¿Y tú?

- Treinta cuatro.

- ¿Entonces? ¿Nos vamos? - sonríe.

Miró al rededor para saber que no estemos llamando la atención.

Parece que no, ambas hablamos bajo y sin insinuaciones evidentes para los ojos de los demás.

- Bien - acepto - Vamos a...

Mi celular me interrumpe y de inmediato lo saco para ver si se trata de mi hijo.

- ¿Mm?

No es mi hijo, el nombre que salta en la pantalla es de los empleados más cercanos de la familia y el único cercano a mí.

- ¿Señor, Stone?

La llamada termina, pero rápidamente vuelve a entrar.

Maldita sea, esto debe ser algo serio.

- Oye, ¿nos vamos? - la mujer insiste.

- Disculpa, debo atender algo - contesto la llamada y comienzo alejarme del ruido - ¿Señor, Stone?

La cantidad de gente que hay, me dificulta la salida y el ruido me desconcentra.

- Señor, Stone - lo llamo - ¿Puede escucharme?

- Señora, he tratado de contactarla desde esta tarde - lo escucho decir.

- Lo siento, hoy estuve muy ocupada y...

- Señora, se trata de su hermano y de su esposa, ellos...

Veo a una mujer empezar a abrir espacio por en medio del lugar, así que voy detrás de ella aprovechando lo que hacen.

- ¿Cómo dijiste? No te escuche - le digo.

- Señora, ellos...

Maldita sea, no escucho, debo salir por completo.

Amber Y NellyWhere stories live. Discover now