𝘵𝘰𝘥𝘰 𝘦𝘯 𝘰𝘳𝘥𝘦𝘯

241 44 19
                                    


—Tranquilo, cielo. Debe de haber sido por el agotamiento —Giselle intentó consolar a su sobrino.

—Sabía que no debía dejar que estuviera tantas horas bajo el sol, qué imbécil.

No te culpes.

—Ay, qué pena. Y yo no le comenté nada sobre el jardín —aportó Ningning.

Los mayores se encontraban esperando en la sala del hospital, Jaemin había sido recibido en emergencias por unos enfermeros y ellos, simplemente, le dijeron que debían esperar y que no debían preocuparse, algo muy difícil para Jeno.

Por otro lado, Jisung se encontraba en la cafetería del hospital, era un lugar un poco menos concurrido, o quizás un lugar más tranquilo, en la sala de espera había mucha gente, en su mayoría desdichada, esperando con angustia obtener información sobre algún familiar en estado crítico. Ese tipo de lugares llegaban a incomodarle mucho.

Ahora se encontraba frente a una máquina expendedora, intentando conseguir una Coca-Cola, pero al parecer la máquina ya estaba vacía, porque no quería entregarle su bebida y el billete ya estaba dentro.

—Esta máquina tiene sus trucos -la voz de una chica lo asustó.

La chica parecía más o menos de su edad, era un poco más baja de estatura, quizás sería de la altura de Chenle o un poco más baja. Con cabello castaño amarrado en una coleta alta y ojos marrones, con unas largas pestañas. No traía ropa de hospital, pero parecía conocer de memoria el lugar.

—Déjame enseñarte.

Jisung se movió a un lado, dejando que la chica de vestido azul lo ayudara. Esta se colocó frente a la gran máquina, que realmente, no era tan grande, pero frente a ella, parecía inmensa.

—Este botón está algo atascado —señaló el botón cuadrado que tenía el logo de la bebida—. Por lo que debes darle duro.

Ella hizo un puño con su mano y básicamente, le dio un golpe a dicho botón, enseguida la pequeña lata cayó.

—Wow. Gracias —el alto tomó la lata con una sonrisa—. Por cierto, soy Jisung.

—Soy Maya, un gusto.

Ella le tendió la mano a forma de saludo, la cual Jisung tomó con mucha pena, poco y nada hablaba con personas nuevas, las relaciones no eran lo suyo.

—Pareces conocer bien el lugar, ¿vienes muy seguido?

—Sí. Mi hermano mayor tuvo un accidente hace poco y está en coma, así que sí, vengo muy seguido —respondió Maya, con una pequeña sonrisa en sus labios.

Aunque sonriera, en sus ojos se podía distinguir la tristeza que se cargaba. Fue en ese momento, que Jisung notó que ella cargaba consigo un pequeño recipiente descartable, con lo que parecía ser una ensalada o algo de pollo.

—Lo lamento mucho —rascó su nuca con incomodidad.

—Está bien. ¿Y tú que haces por aquí?

—Mi papá se desmayó en casa y lo trajimos de urgencia.

—¿Se desmayó así de la nada? —cuestionó la castaña con algo de preocupación.

—Creemos que fue por el calor, se pasó toda la mañana afuera.

—Oh, entonces estará bien, te lo aseguro.

Jisung estaba por responder, pero otra voz lo hizo callar.

—¡Maya!

En la entrada de la cafetería —de donde no estaban tan lejos— estaba una mujer parada, al igual que Maya, tenía el cabello castaño, con algunas canas bastante notorias y los mismos ojos marrones, acompañados de unas ojeras.

𝘛𝘩𝘦 𝘊𝘶𝘳𝘪𝘰𝘶𝘴 𝘉𝘢𝘣𝘺 ─ 𝙉𝙊𝙈𝙄𝙉Where stories live. Discover now