Todos los veranos habían sido mágicos para Wendy Shefield, los pasaba en Cousins junto a su madre, sus mejores amigas Laurel y Susannah, y los hijos de estas, Belly, Steven, Jeremiah y Conrad. Todo cambia en el momento en el que su madre enferma, tr...
Se acerca la hora en la que Dean parará a buscarla, así que Wendy comienza a arreglarse. La chica se viste con unos pantalones de campana claros, una camiseta corta de tirantes color rosa pastel y unas bambas plateadas todo ello acompañado de un collar dorado, una pulsera plateada y un bolso blanco.
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A la hora acordada, Dean entra por la entrada de la casa con su coche, para entonces, Wendy ya está lista y se encuentra repitiéndole de nuevo a Belly que cualquier cosa que ocurra con su hermana que se lo diga. Belly le asiente sin escucharla de tantas veces que ya se lo ha repetido y Susannah y Laurel la tranquilizan diciendo que ellas también se encargarán de la pequeña. Antes de salir por la puerta Susannah la anima y le dice que disfrute de la cita. Wendy no le da tiempo a rectificar a Susannah ya que el timbre suena. La chica le da un último beso a su hermana y sale por la puerta despidiéndose de ellas y saludando a Dean cuando lo ve.
Suben al coche y se ponen rumbo a la feria. Una vez allí, deciden subirse a diferentes atracciones y rato más tarde, después de salir de los coches de choque donde se han divertido mucho chocándose uno contra el otro y provocándose entre ellos, deciden hacer una pausa e ir a comer algo en los puestecitos.
—¿Y bien? ¿Te estás divirtiendo? —Le pregunta el moreno a la chica.
—Si, muchas gracias por invitarme hoy.
—Gracias a ti por aceptar venir. Y bien, cuéntame sobre ti. Quiero conocerte.
—Pues no se... ¿Qué quieres saber? —Pregunta dubitativa Wendy.
—¿De dónde vienes?
—Bueno como ya te dije el día que nos conocimos soy de Lebanon, pero el de Ohio. ¿Tu?
—Nueva york.
—Vaya que guay, siempre he querido visitar la ciudad que nunca duerme.
—Cuando quieras yo te acojo. —Le dice el chico guiñándole un ojo causando que la chica se ría.
—Gracias, lo tendré en cuenta.
Y así pasan el resto de la noche, conociéndose, contando anécdotas de sus vidas y paseando por la feria. A media noche, como Cenicienta, Dean la deja en la puerta de la residencia de los Fisher. Antes de entrar, envalentonado por la agradable noche vivida, Dean le da un corto y delicado beso a Wendy en los labios. Se despiden y Wendy entra en la casa aún con el beso de Dean reciente.
La casa se encuentra en completo silencio así que sube sin hacer ruido hacia la habitación de su hermana para comprobar su estado. La encuentra profundamente dormida y toda desperdigada encima de la cama. Le da un beso en la frente, la arropa y se marcha a su habitación. Antes de llegar a su puerta, la cercana a la suya se abre y aparece Belly con una sonrisa a la espera de que su amiga le cuente como ha ido la noche.
