Inocencia interrumpida II

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En momentos Diego vigilaba los pasillos mientras Guillermo y Javier metían todas las manzanas verdes dentro una bolsa hasta que un enfermero se percató de sus travesuras — ¡Ya nos pillaron! — gritó Diego y los tres salieron corriendo de la cocina hasta el jardín entre risas. No dudaron escalaran el árbol más grande agradeciendo vivir en las calles que les hizo adaptarse al entorno con facilidad.

Solo escuchaba como los enfermeros les ordenaban bajar mientras comían con toda la tranquilidad del mundo aquellas manzanas para luego lanzarles directo en la cabeza lo que dejaban — 100 puntos si le das en la cabeza a Neymar — le retó Guillermo a Javier.

— Hago tus deberes si le das en la cabeza a Robert, por un mes. — Los ojos de Guillermo brillaron de emoción al imaginarse tener más tiempo libre para terminar aquel libro.

— Jalo culero — dijo entre risas y ambos bajaron sus miradas para buscar a sus puntos hasta que Guillermo señaló a Neymar y Javier le lanzó aquella manzana medio mordida fallando terriblemente — Pendejo jajaja no pudiste —

— Deja de hacerte pendejo, te toca — dijo enojado Javier y Guillermo dudaba por un momento, pero quería evitar tener que limpiar el salón principal o algún baño en estos días así que sostuvo una manzana completa para lanzársela a Robert dando justamente en el blanco provocando la risa entre los tres omegas — ¡Me la pelas Chicha! — y Robert solo soltó un suspiro mientras cruzaba los brazos resignado por ese día.

Para la mala suerte de Neymar no fueron las únicas travesuras que provocaron esos días ya que habían motivado a todos realizar carreras en sillas de ruedas así que, en todo el lugar, se podían ver algunos chicos empujando las sillas del resto y como premio principal eran las adoradas galletas de Ochoa que maldecía no haberlas escondido bien — ¡El ganador es Javier Hernandez y Diego Lainez! — expresó emocionado Julián Alvarez, un chico de 18 años que sufría de anorexia. Tenía algunos años en el centro de rehabilitación, pero jamás se había involucrado a nada por temor a ser rechazado por su ser un obeso.

— ¡Ahuevo! ¡Mis galletas se salvaron! — Gritó Ochoa emocionado provocando las risas de los demás residentes hasta que sintieron la mirada de Neymar junto con Dulce María.

— Me alegra mucho, Memo. Pero te veo con Javier en la sala de arte para que me ayuden a limpiar. Hoy Dieguito y Julián hicieron un desastre — e iban a quejarse hasta que una voz gruesa le hizo girar su mirada hacia la entrada principal.

— Ya escuchaste, cariño. Nada de mal responder ¿Quedó claro? — expresó Beckham con una sonrisa y Guillermo hizo un puchero para irse corriendo con Javier a la sala de arte mientras Robert sonreía un poco — Aprovechemos que esta ocupado para hablar ¿Sí? — comentó David y ambos caminaron hasta la oficina de Robert, que se mostraba un poco ansioso de tener presente sin previo aviso al tutor principal de su hermoso mexicano.

— Lamento llegar sin avisar, pero deseaba poder consultarle algo. — comentó David.

— No hay ningún problema, señor Beckham — expresó una sonrisa suave mientras le invitaba a tomar asiento — ¿Quiere un café o algo? —

— No. Estoy aquí realmente para poder averiguar si Guillermo, esta apto para ir al colegio, quiero que retome la universidad. Estar fuera de aquí, pero cumpliendo con venir con sus sesiones — Robert contuvo la respiración unos segundos mientras escuchaba hablar al alfa mayor, lo último que deseaba era alejarse de su Guillermo.

— Creo que es demasiado pronto, tendríamos que evaluarlo para dar un veredicto y solicitar una audiencia — explicó con calma y Beckham soltó un largo suspiro aceptando los procesos, no tuvieron nada más que hablar que salieron en busca del menor que yacía en la sala de arte jugando con Javier mientras Neymar se mostraba resignado, pero riéndose de las locuras de ambos chicos.

Deja de hacer llorar a mi corazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora