Rainy |Ziam| Pausada

24. Harry.

Ser un adulto apesta, que no te engañe la palabra "independiente", tener que buscarte la vida por ti mismo es un asco.

Pasándome una mano por el rostro, obligué a mi cuerpo a erguirse en la cama mientras intentaba luchar con el deseo de mi cerebro de cerrar los ojos y seguir durmiendo hasta entrar en coma. Todo en mi se sentía lánguido, y estaba bastante seguro de que en ese instante, si alguien hubiese entrado y me hubiese pedido dinero, hasta se lo habría dado. Así de mal madrugador era.

Pero mientras Rainy no lo supiese, mis cuentas bancarias estaban en paz.

Parpadeando alrededor de la habitación en penumbras, observé la oscuridad en el exterior a través de las ventanas por un largo instante, perdiéndome en mi propia mente antes de sacudirme finalmente y salir del nido de sabanas. Necesitaba un baño y un café extra concentrado, y quizás un choque eléctrico para poder espabilar debidamente.

Pero como Zayn me había prohibido hacia tiempo atrofiar más mis neuronas de lo que ya estaban desde que nací, eso no estaba en la lista de cosas por hacer. Tomando un cambio de ropa, me metí al baño y no le permití a mi mente tiempo para pensarlo mejor antes abrir el agua de la ducha y meterme debajo. 

Lentamente, sentí mi cabeza comenzar a espabilar y mis pensamientos comenzar a fluir. Y eso fue peor, porque tenía una lista interminable de cosas por hacer y realmente odiaba mi existencia en ese momento. La idea de convertirme en un Omega dócil y mantenido brilló en mi mente como una idea espectacular en ese mismo instante con el solo el pensamiento de tener que salir fuera y tener que ser social y amable con otros seres humanos. 

Luego recordé mi personalidad de mierda y mi cero sentido paternal, y la idea se esfumó.

Duchado y vestido, sintiéndome mucho más despierto, salí de mi habitación en busca de mi café de la mañana y me detuve en la puerta. Una sonrisa tiró mis labios ante la imagen frente a mi. Si yo tenía mal dormir, al parecer, Rainy era exponencialmente peor. Culpaba a los genes perezosos de Zayn, pero tenía la sensación de que el renacuajo había traído su propia carga de pereza al nacer.

—Ah, si no fueses tan molesto cuando estas despierto —murmuré, acercándome a la forma acurrucada de Rainy en al alfombra del pasillo. Obviamente, había ido al baño, pero a mitad de camino de regreso, había decidido que era demasiado trabajo y que dormir en el suelo del pasillo era una fantástica idea—. ¿Rain?

Nada.

Además de perezoso, dormía como una roca.

Haciendo un pequeño esfuerzo, lo levanté en brazos bufando cuando se acomodó con rapidez en mi hombro y siguió roncando suavemente. La pequeña mierda podría dormir a través de un maldito terremoto. Sacudiendo la cabeza, me dirigí a su habitación y lo coloqué en su cama, asegurándome de que estaba bien cubierto con las mantas antes de apartarme y mirarlo.

La pequeña molestia era linda. Estaba deseoso de que comenzase a tener citas... y así arruinárselas para vengarme de todos las que él mismo me había arruinado. Era una persona rencorosa, y le estaba guardando cada una de ellas para cobrárselas en su adolescencia.

Dejando un beso en su cabello, me giré y salí de su habitación, cerrando detrás de mi y finalmente dirigiéndome a la cocina, donde mi preciado, preciado café me esperaba. Un sobro después, sentí mi cerebro comenzar a despertar, al cuarto trago ya estaba espabilado y hasta pude sonreírle a la forma zombi de Zayn cuando arrastró sus pies dentro de la cocina.

—¿Café? —ofrecí, recibiendo una sacudida de cabeza en respuesta—. Puedo donarte un poco de mis cereales, si quieres. Pero no más de un puñado, no soy tan generoso.