15. Zayn.

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El apartamento lucía... ¿acogedoramente moderno?

Cuando había estado allí antes, no había logrado centrar mi mente lo suficiente para interesarme en mi entorno, no había observado más allá de la posibilidad que el Alfa me había planteado de tener a mi hijo nuevamente en mi vida. Nada más había importado. Ahora, con más calma, decidí darme un momento para observar el interior del lugar que Rainy llamaba hogar. Lo que vi, solo me confundió más. 

La casa de Liam era una extraña mezcla de cosas que separadas, tenían perfecto sentido. Pero juntas, parecía ser solo un montón de objetos lanzados allí dentro y ordenados lo suficientemente bien para que se mezclaran de alguna forma. Los sofás eran nuevos, modernos asientos de cuero negro parecían haber sido elegidos con el objetivo de combinar con cada mueble de madera oscura que adornaba la habitación. El piso de madera le daba un toque más cálido, pero las paredes blancas y el enorme televisor era lo suficientemente moderno para destacar.

Pero eran las fotografías, enmarcadas en distintos lugares de la habitación, las que habían obtenido mi atención absoluta.

Eran de Rainy.

Todas en distintos años, algunas con Liam, otras con otros niños y varias de él solo. Por un momento, tuve el impulso de robármelas para guardarlas como un preciado tesoro, pero decidí que eso era demasiado y decidí limitarme a observarlas. Sonreí con cada una de esas hermosas sonrisas que Rainy parecía ostentar, sus ojos brillantes y la forma en que parecía brillar de felicidad en cada foto.

Una de las preguntas que habían estado atormentándome por siete años, fue respondida con esas imágenes: Rainy había sido y era un niño feliz.

Tomé una foto en particular de una repisa, un Rainy de unos dos o tal vez tres años, sonreía a la cámara desde el regazo de Liam, quien sostenía un libro en sus manos con expresión concentrada. Era una fotografía tan familiar y dulce que ellos no podían ser confundidos con otra cosa que no fuese padre e hijo.

—Rainy decidió que hará zumo él mismo, nunca lo vi preparar nada antes, así que supongo que va a tardar un poco —me giré para ver a Liam de pie cerca de la puerta que daba a la cocina. Su mirada bajó al marco en mi mano y sonrió—. Tenía dos años en esa fotografía, ya era tan malditamente inteligente en esa época.

Asentí suavemente, mirando la imagen—. Me hubiese gustado verlo en ese momento, con esa edad, debe haber sido increíble verlo crecer, aprendiendo y convirtiéndose en ese niño hermoso que es hoy.

—Él ha sido un tornado en mi vida desde el primer día —dijo—. Creo no haberte dicho que conocí a Rainy cuando él estaba a punto de cumplir dos años.

Eso me sorprendió, logrando que lo mirara—. Pensé que habías tenido a Rainy desde que era un bebé.

Negó, adentrándose más en la habitación—. Conocí a Rainy en el instituto cuando él tenía casi dos años.

—¿El instituto? ¿Como pudiste...?

—Fui un estudiante allí también, como Rainy —dijo—. Viví allí hasta que me gradué, ser un ex-alumno me dió ciertos privilegios que otras personas no tendrían.

—¿Como la adopción de uno de sus alumnos?

Su asentimiento fue lento, medido, como si estuviese intentando comprobar cual era mi reacción a su respuesta—. Tienen ciertas condiciones, pero habiendo sido parte del cuerpo estudiantil, es uno de los privilegios que nos otorgan. Creo que esperan que criemos a los niños como ellos nos criaron a nosotros, por eso nos permiten obtener sus custodias.

—¿Lo harás?

—¿El qué? —tomó otra fotografía, observándola distraídamente.

—Criar a Rainy como te criaron a ti.

Rainy |Ziam| PausadaWhere stories live. Discover now