12. Rainy.

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 —¿A Zayn le gusta Liam? 

Fruncí el ceño cuando el café que Harry estaba bebiendo salió como lluvia desde su nariz y boca y directo a los papeles en los que había estado trabajando. Fue una escena bastante grotesca, todo ese café saliendo por todos lados y sus ojos rojos llenos de lágrimas que me observaron como si hubiese dicho que el cielo estaba tornándose verde. Bien podría haber sido una escena sacada directamente de una pelicula de terror, nunca había visto nada similar. 

Lo observé ponerse de pie con prisa, rodeando la mesa y directo al fregadero, donde ahuecó sus manos bajo el grifo y procedió a lanzar agua en su rostro varias veces al tiempo que tosía groseramente. Como él parecía ocupado intentando ahogarse a si mismo, me incliné para tomar un rollo de servilletas que descansaba en el centro de la mesa y arranqué algunas, dejándolas caer sobre las hojas destrozadas con el líquido oscuro. No tenía ni idea de en que había estado trabajando mi tío, pero parecían importantes para él, así que si podía salvarlas debía hacerlo.

Sequé la mesa y todas las hojas que pude, apilándolas cuidadosamente a un lado. Cuando todo lo que podía ser salvado, lo fue, bajé de mi silla y me acerqué a donde Harry se encontraba, intentando restaurar su ritmo de respiración normal. Se escuchaba como si tuviese los pulmones llenos de café. Iugh.

—¿Tío? —llamé su atención. Le tendí algunas servilletas, observándolo secar su rostro con ellas—. ¿Mejor?

Quitó algunos rizos húmedos de su rostro—. Solo... —se aclaró la garganta con fuerza—. Solo no vuelvas a decir cosas así mientras estoy bebiendo algo. Menos aún cuando se trata de bebidas calientes. Por favor.

—Lo lamento —dije—. ¿Pero que fue lo que dije mal? 

Sus ojos estaban un poco rojos, coloreados también por el borde exterior—. No dijiste nada mal, cariño. Me sorprendiste, fue eso. 

Le permití recomponerse por un momento antes de volver al tema que me interesaba—. Entonces, ¿a Zayn le gusta Liam? 

—¿De que estas hablando ahora, pequeñajo? ¿De donde sacaste eso? 

—Puedo ser solo un niño, pero tengo ojos, tío Harry —le dediqué una mirada de obviedad—. Puedo ver lo que sucede con bastante claridad. 

—¿Y que es lo que ves exactamente? 

—Veo a Zayn poniendo ojitos de cachorrito con hambre al mirar al Alfa —dije—. Y también veo el intenso sonrojo que se le pone cada vez que Liam dice su nombre, como si fuese un enorme tomate con ojos. 

—¿Y con eso tu lograste llegar a la conclusión de que a mi primo le gusta ese tipo? —elevó una ceja. 

—Bueno... yo... —evadí su mirada—. Llené algunos espacios en blanco también. 

—Y llenaste esos espacios para llegar a la conclusión que tu querías, ¿me equivoco? 

Le fruncí el ceño—. Solo quiero que me contestes lo que te he preguntado, ¿tan difícil es darme una respuesta? 

—Bueno, es difícil responder eso, no estoy en la cabeza de Zayn como para saber lo que piensa o siente —le di otra servilleta cuando su nariz goteó y se secó rápidamente—. Deberías preguntarle a él directamente, yo no podría darte una respuesta totalmente honesta.

—Bien —me encogí de hombros, dirigiéndome a la puerta.

—¿A donde vas? 

—A preguntarle a Zayn —dije con obviedad—. ¿No es lo que me dijiste que hiciera? 

—Espera, espera, espera —me atrapó—. No puedes solo ir allí y preguntarle, eso no se hace. 

—¿Por qué? 

Rainy |Ziam| PausadaWhere stories live. Discover now