ℛ𝑒𝓁𝒾𝓆𝓊𝒾𝒶

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Harry James Potter y Draco Lucius Malfoy se quedaron aturdidos por las palabras del anciano frente a ellos, el silencio hizo eco en la amplia oficina del director, solo se escuchaba el fuego chisporrotear en la estufa.

-¿Se han quedado mudos?

Preguntó el hombre cruzándose de brazos. Entonces luego parpadeó unas cuantas veces.

-No es como que los haya estado espiando... Los vi unas cuántas veces en la biblioteca y en otros sitios de la escuela... Ustedes dos son muy poco cuidadosos.

Suspiró Dumbledore y dejó caer sus brazos a los lados de su cuerpo.

-Bien, descuiden, nadie más que yo por parte del profesorado lo sabe. Pero dejando ese tema de lado, Harry, debes dejar de comportarte de tal manera, Draco debe saberlo, al igual que Hermione, Ron y Neville. Son tus amigos.

Harry levantó la mirada al anciano y luego la deslizó lentamente hacía su pareja, pero sus labios no se movieron y finalmente su mirada cayó a la alfombra de regreso.

-Harry...

Murmuró Draco, sintiéndose brutalmente dolido, su pareja le ocultaba algo, algo que lo afectaba mucho.

-No necesitas decírmelo. Si tanto te cuesta es por algo.

Harry asintió leve y Dumbledore tomó asiento en su silla, frotando sus cienes.

-Bueno... Entonces saltemos de ese tema, joven Malfoy, su padre hoy me ah enviado una carta con respecto a sus estudios.

Los dos miraron con sorpresa a su director.

-Él planea trasladarte a Durmstrang en un mes.

-¿¡Qué!?

El rubio saltó de su asiento y Harry abrió sus ojos sorprendido.

-¡No puede permitírselo! ¡No deje que me transfiera! Por favor director.

Pidió Draco apoyando sus manos sobre el escritorio, rogándole con la mirada a su director para que hiciera algo.

-No puede permitir que se lo lleve.

Habló Harry poniéndose de pie.

-Lo siento, pero yo no puedo hacer nada, realmente no puedo.

Draco salió corriendo de la oficina, dejando solo a Harry con el director. El de cabellos azabache se dejó caer en la silla, sonriendo como todo un maníaco.

-Ya decía yo que algo malo iba a pasar, todo estaba siendo tan perfecto... Primero Sirius Black, segundo Voldemort y ahora esto... El destino, es una basura.

-Lo siento Harry.

El joven se puso de pie y abandonó la oficina. El director soltó un suspiro, ellos le recordaban de cierta manera a su juventud... Un amor que no pudo ser, pero el de ellos aún podía rescatarse, solo debía averiguar como.

-Debo salvarlos de alguna forma.

Draco llegó a su habitación con el rostro empapado en lágrimas y sus bellos ojitos grises estaban rojizos. Blaise lo miró preocupado y se puso de pie.

-Draco, ¿Qué...?

-Por favor Blaise... Alcánzame pergamino y tinta.

Pidió sentándose a su escritorio el moreno se apresuró y le alcanzó a Draco lo que le pidió, el rubio secó sus lágrimas con sus manos y comenzó a escribir, su pulso era un desastre y la letra le salía horrible, Blaise podía ver todo pues estaba de pie tras él.

Al terminar de escribir Draco cerró la carta y llamó a una lechuza desde la ventana más alta de su dormitorio, una se acercó rápidamente, era Hedwig, tomó la carta con su pico.

Viridian ;; DrarryWhere stories live. Discover now