𝓢𝓲𝓮𝓽𝓮 𝓸𝓬𝓪𝓼𝓲𝓸𝓷𝓮𝓼

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Luego de un desayuno exquisito preparado por la señora madre de Blaise, los dos chicos salieron de la casa por la chimenea con aquellos polvos. Llegaron juntos a el callejón Diagon y caminaron por las veredas.

Draco, miraba con atención a toda la gente que estaba por las calles, muchos parecían asustados por alguna noticia en el diario que leían, aquello también llamó la atención de Blaise.

-Parece que la gente está preocupada por algo.

-Toma un diario.

Dijo Draco y Zabini se acercó al puesto de diarios, dejando tres monedas de plata sobre el mostrador, se acercó al rubio y abrió el diario, ambos buscaron algo relevante entre las páginas, hasta llegar a la mitad del diario.

-Una noticia del ministerio...

Susurró Blaise. En el diario salía una foto en movimiento del ministro, dando una entrevista, y el encabezado era "Dementores en Londres".

-Tiene que ser una broma, él no puede hacer eso... No puede.

El rubio estaba incrédulo. Los Dementores eran seres totalmente peligrosos por eso mismo ellos solo estaban encargados de Azkaban, su lugar era allí.

-Es un peligro, el ministro solo podrá en peligro a mucha gente con una decisión tan jodidamente estúpida, no puedo creerlo.

Zabini estaba furioso. Draco miró con desagrado la foto del ministro.

-Una persona tan descerebrada llegó a ser electo para Ministro... Por suerte, ese tipo de decisiones no puede tomarlas él... La corte decidirá si es correcto o no. Solo queda esperar para ver qué decidirán.

Los chicos siguieron su camino entre las tiendas. Verdaderamente Draco no tenía interés por comprar nada, después de todo, él lo tenía todo en su casa: la última escoba, los nuevos libros para el próximo curso y muchísima ropa (no le alcanzarían ni dos vidas para poder vestirlas todas).

-La biblioteca parece llena hoy, que extraño.

Dijo Blaise mientras se aproximaban al edificio, entonces Draco rió entre dientes y apoyó su mano sobre la cabeza de Blaise, girándola hacía el cartel que estaba en la entrada.

-Ese... Tipo otra vez... ¿Qué no había perdido la memoria luego de hechizarse a sí mismo en uno de sus «tan creíbles» viajes?

Al moreno ahora mismo no le apetecía ni un solo poco entrar en la casa de los libros, pero Draco por su parte, adoraba ver a un charlatán en aprietos.

-Entremos, quiero ver que tipo de patético libro sacó esta vez.

-Malfoy, realmente no me apetece ni un solo pelo de la Señora Norris.

-Vamos, solo un rato y nos vamos. No necesitas escucharlo, solo toma tus libros y listo.

Blaise a regañadientes siguió dentro a Draco, el rubio se hizo paso entre la multitud de señoras y el moreno se fue a por sus libros.
El idiota de Lockhart no paraba de hablar, de su boca solo salía basura.

-Y bueno, luego de esa introducción sobre mis anteriores libros, finalmente estoy aquí hoy para entregar autógrafos sobre mi más nuevo libro. Titulado "Domando Dementores"; recientemente su servidor, yo, viajó al otro lado del mundo por séptima vez en el año. En el libro, narro cómo fue mi encuentro con Dementores, ¡Bravos, fieros Dementores! Pero ninguno pudo resistirse ante mi, el gran y magnífico, Gilderoy Lockhart.

Draco no pudo evitar reír con arrogancia mientras estaba cruzado de brazos, la risa del rubio llamó la atención de las señoras a su alrededor y la del propio escritor.

Viridian ;; DrarryWhere stories live. Discover now