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-¿¡Novio!? -Exclamó Jihyo, completamente confundida por lo que acababa de escuchar.

-S-sí... Mark. -Tomó el teléfono y contestó la llamada. Jihyo, por su parte, la miró con el ceño fruncido y se llevó una mano a la frente.

-¡Eres imposible, Minatozaki! -se levantó de aquella banca, exasperada, y la señaló con el dedo.- ¿Quisiste besarme y tienes novio? ¡Encima tienes el descaro de decir que te gusto! Imbécil.

Por suerte, para Sana, había tapado el micrófono del celular con la mano, así que Mark no escuchó nada de lo que Jihyo dijo.

La japonesa se quedó hablando con su estúpido novio y la más pequeña se fue a paso rápido de allí. Las lágrimas se acumulaban en sus ojos y el cielo parecía imitar su estado de ánimo. Las nubes se volvieron grises y amenazaban con llover fuertemente. A lo lejos se escuchaban truenos. Jihyo aún le temía a las tormentas.

Apresuró el paso pero la lluvia la atrapó. Se estaba empapando de pies a cabeza y cada vez le daba más frío. Decidió que, por ahora, se quedaría bajo el techo de una parada de autobús hasta que la lluvia cese. No parecía que fuese a calmarse pronto.

Al parecer, gracias a un milagro, alguien conocido pasó frente a Jihyo. Era Mina en el auto de sus padres, quienes la dejaban conducirlo.

-¡Jihyo! ¿Qué haces ahí empapada? -Jihyo iba a responder, pero Mina abrió la puerta del copiloto y le pidió que entre al auto.

-Pero mojaré el asiento...

-No importa, entra que nos mojamos más. -La coreana obedeció y se subió al auto para luego cerrar la puerta. Mina encendió la calefacción del coche para que la pequeña no tenga frío y le dedicó una tierna sonrisa. Te llevaré a mi casa y te voy a prestar algo de ropa para que no te congeles. Pronto va a granizar así que mejor quédate en mi casa hasta que pare la tormenta ¿Sí?

-Mina, vivo a menos de una calle de tu casa.- Rió la rubia, contagiándole la risa a la mayor, quien ya estaba estacionando el auto.

-Hace mucho no vienes a visitarme, anda ¿Sí? -La japonesa hizo ojos de cachorrito y Jihyo no se pudo negar. Cuando la mayor aceptó quedarse con ella, Mina soltó un gritito de emoción.

Bajaron del auto y entraron a la casa de Mina. Jihyo esperó cerca de la puerta hasta que Mina le alcanzó una toalla.

-Ve a cambiarte. Yo voy a secar tus libros porque, si no, vas a reprobar.- Tomó el bolso de Jihyo y lo abrió.- Vaya, no está tan húmedo, será fácil. Ya estaba por irse a hacer lo que mencionó, pero volvió y agregó: No sé si te guste algo de mi ropa así que puedes pedirle a mis primas que te presten. Están en mi habitación.

La más baja asintió y subió las escaleras hasta el cuarto de su amiga, donde estaban Nayeon y otra chica que no reconocía.

-Oh, Jihyo ¿Por qué estás mojada? -Nayeon preguntó confundida, mirando como la ropa de la menor goteaba por todos lados.

-Me atrapó la lluvia y Mina me rescató.- Comentó mientras caminaba hacia el armario de Mina.- Me dijo que me presta su ropa pero ahora que la veo... Todo es de colores muy brillantes.

-Yo te presto de la mía. -La otra chica que estaba con Nayeon se levantó y buscó algo de ropa cómoda para la amiga de su prima.- Ten, espero que te quede ¿Jihyo?

-Sí, ese es mi nombre. -Sonrió la rubia.-
Gracias... ehh...

-Somi. Me llamo somi.

𝗧𝗿𝗲𝗲𝗵𝗼𝘂𝘀𝗲 𖦹 SAHYOOn viuen les histories. Descobreix ara