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Ya era martes, un día después de aquel desagradable encuentro con Sana y el primer beso de Jihyo con la prima de Mina. No se sentía mal después de lo que pasó. Había estado pensando y no debía sentirse culpable. Sana y ella no eran nada, además que nadie más se había enterado de eso.

Cuando la joven coreana entró a la escuela, notó que varios estudiantes murmuraban cosas que ella no lograba entender, pero tampoco pensó que fuese algo importante. Llegó a su salón y Jeongyeon se levantó rápidamente de su asiento para recibir a su amiga.

-¡No me dijiste nada! -Exclamó tomando a Jihyo de los hombros y sacudiéndola, dejándola confundida.

-¿Nada de qué? -Detuvo a su amiga para
que no la sacuda demasiado. No quería vomitar el desayuno.

-Ya sabes... -Agregó Dahyun, acercándose.-
¡Diste tu primer beso!

El rostro de Jihyo se volvió rojo por la
vergüenza y enojo. Se suponía que quedaría entre ellas.

-¿Quién les dijo!?- Alterada, la rubia fue a su asiento y dejó su bolso junto a ella. Se sentó y comenzó a mover una de sus piernas, nerviosa, a la vez que cubría su rostro con las manos.

-Está en Instagram... - Jeongyeon tragó en seco, no sabía si causaría problemas al decir quién lo publicó, pero su amiga debía saber.- Nayeon lo subió a sus historias...

-No puede ser... -Murmuró Jihyo.

-No te preocupes, no es algo malo, creo...- Dahyun le frotó la espalda para calmarla, pero la contraria le echó una mirada llena de molestia.

-¿No es algo malo? ¡Es terrible! -Se levantó exasperada y se llevó las manos a la cabeza, llevando sus rubios cabellos hacia atrás.- Si tenía alguna mínima oportunidad con Sana, si vio la imagen pues ya no me queda nada.

¿No querías olvidar a Sana?

-Sí, pero no. No lo entenderían, pasaron cosas ayer y... -Miró hacia la puerta del salón y vio a la japonesa, cruzada de brazos y recostada contra el umbral de la puerta.- Me lleva el diablo...

Sana hizo una seña para decirle a Jihyo que se acerque. Necesitaba hablar con ella. La menor obedeció temerosa y con la cabeza gacha.

-Jihyo ¿me puedes explicar una cosa? -Habló calmada, cosa que hizo confundir a la coreana ¿Podrá ser que no vio la imagen?

-Creo que la que me debe una explicación eres tú. -Se cruzó de brazos, poniéndose a la defensiva. ¿Cómo es eso de que tienes novio? No puedes ir por ahí diciendo que te gusta otra persona y tener pareja.

-Escúchame, Jihyo. No es lo que crees ¿ok? Te explico luego, pero ahora necesito saber una cosa. -Sacó su móvil de su bolsillo y le mostró aquella imagen que puso el día de Jihyo patas para arriba.- ¿Qué es esto?

-No te importa. -Escupió con seriedad.- Tú tienes novio y no puedes ir preocupánd-...
- Sana la interrumpió al tomarla del brazo y llevarla hacia otra parte.- Sana ¿A dónde me llevas? -Trató de soltarse de la suave mano de la japonesa.

Sana no respondió. Siguió caminando sin soltar a Jihyo, hasta que llegaron a la azotea de la escuela. A esta hora no había nadie porque se encontraban todos esperando que las clases comiencen. Se sentó en el suelo e hizo que Jihyo haga lo mismo.

-Ya te dije, Jihyo. No pude olvidarte nunca. Aunque tenga novio, no lo amo ¿Sabes? -Explicó finalmente, respirando profundo.-Y, la verdad, me duele que no me hayas esperado y hayas besado a esa chica, pero es tu vida y, al final del día, no puedo hacer nada al respecto.

-Pero... - Jihyo notó que Sana estaba mirando el suelo, por lo que levantó su rostro para que puedan verse a la cara. Los ojos de Sana estaban llenos de lágrimas que intentaba no dejar caer. No quería verse débil frente a la más pequeña.- Si no lo amas ¿Por qué no cortas con él?

-Créeme que lo intenté, pero siempre que digo algo, amenaza con suicidarse o me golpea. Ya no sé que hacer.

-¿Por qué saliste con él en primer lugar? -Si bien estaba enojada con Sana, ahora sabía que no importaba. En este momento ella necesitaba una amiga en la que apoyarse y, claramente, Momo o Chaeyoung no la estaban ayudando.

-Es el primo de Momo y ya sabes, mi padre quiere que algún día me case con él ya que me dará dinero. -Bufó y se abrazó a sí misma. Jihyo no sabía qué decir.

-¿En serio te gusto? -Fue lo único que pasó por su cabeza y salió como un vómito verbal.- Lo siento, no es moment-...

-Sí, me gustas más que nada en el mundo.

-¿Crees que un abrazo te haga sentir mejor? Aunque sea un poquito mejor...- Sana asintió con una pequeña sonrisa. La menor se acercó a ella y la envolvió con sus brazos, haciéndola sentir segura por primera vez en mucho tiempo. Tal vez debería darle otra pequeña oportunidad.

𝗧𝗿𝗲𝗲𝗵𝗼𝘂𝘀𝗲 𖦹 SAHYODonde viven las historias. Descúbrelo ahora