032

239 26 4
                                    

Los días habían pasado. Sana y Chaeyoung ya habían sido dadas de alta, mientras que Momo seguía en el hospital haciéndose estudios y chequeos constantes. Chaeyoung no había dejado de visitarla y, de vez en cuando, las demás iban a saludarla también.

Dahyun, con ayuda de Jihyo, había encontrado alguien que le llamó la atención y hoy saldrían por primera vez para conocerse. Dahyun y Nayeon irían en una cita doble con Mina y Jeongyeon.

Por su parte, Sana y Jihyo iban a tener su primera cita oficial, por lo que Tzuyu estaba ayudando a que la más pequeña se ponga muy bonita para la tarde.

-Ya, Jihyo. ¡Apúrate, van a ser las 4 y todavía no decides que ponerte! -Se quejó la menor mientras esperaba sentada en la cama a que Jihyo se digne a salir del baño.- Sana se hará vieja esperándote.

-Es que todo me queda horrible...- Dijo algo desanimada, mirándose en el espejo del baño. Tzuyu, al escuchar esas palabras, frunció el ceño.

-¿Horrible? Hyo, ¿Quedaste ciega por el delineador que te tiré en el ojo sin querer? -Bromeó y recibió una risita desde la otra habitación.- ¿Por qué no sales así puedo ver qué tal?

Luego de un pequeño silencio, la puerta se abrió, revelando a una hermosa Jihyo con un vestido blanco con estampado de pequeñas flores rojas. Su cabello estaba suelto y algo ondulado. Sin duda alguna, estaba preciosa.

-¡Pero si vas a tener a las perras haciendo fila! ¿Por qué dices que te queda horrible? - Exclamó Tzuyu, caminando, boquiabierta, al rededor de Jihyo y arreglando algunas partes de su vestido.

-¿Tu crees?- Sonrió levemente al ver que la menor asintió. Se miró una vez más al espejo y sus mejillas se volvieron algo rosadas.- ¿Crees que a Sana le guste?

-Por favor, Hyo. Sana te vio hasta con
ese raro pijama de unicornio y aún le gustas un montón.-Rió y la mayor de dió un golpecito en el hombro.

El timbre sonó. Ambas sabían que era la japonesa. Tzuyu arrastró a la menor hasta la puerta ya que esta estaba paralizada por los nervios. La dejó ahí y se alejó un poco. Jihyo suspiró y abrió la puerta lentamente.

-¡Hyo! ¿Estás lista para irnos? -Preguntó Sana, jugando con un mechón de su cabello. La mayor miró a Tzuyu, quien le asintió desesperadamente y le hacía miles de señas para que acepte.

-Sí. Vamos. -Sonrió y tomó la mano de Sana, para salir de la casa y comenzar a caminar a su destino.

Mientras caminaban, charlaban, contaban chistes y reían. De vez en cuando se miraban sin decir nada, ya que sus ojos decían más de lo que ellas podrían. Sin duda estaban muy enamoradas.

Conforme más avanzaban, Sana se ponía más nerviosa. Sus manos comenzaban a sudar y Jihyo lo notó. Se preguntaba qué era lo que tenía inquieta a la japonesa. Dejó sus pensamientos de lado cuando llegaron al parque y Sana la llevó a paso rápido a un lugar algo escondido.

-Sana ¿A dónde vamos? -La mencionada soltó una risita pero no respondió. Siguió guiándola hasta aquel sitio. Un poco antes de llegar, Sana se detuvo y tapó los ojos de Jihyo con una venda.

-No te preocupes, yo te guío. -Le susurró al oído, mientras tomaba sus manos y la llevaba lentamente al lugar que preparó sólo para las dos. Ya, puedes quitártela.

Las manos de Jihyo quitaron esa tela que la privaba de su visión, encontrándose a Sana parada frente a un picnic junto al lago del parque. Una gran sonrisa se formó en el rostro de la coreana.

-¿T-te gusta? Traje pastel de fr-...- Sana fue interrumpida por la menor, quien saltó hacia ella para darle un gran abrazo.

-Me encanta, Sanake.

El nerviosismo, que antes habitaba en ambas, había desaparecido. Ambas estaban muy ocupadas disfrutando el momento. Cantaron canciones, comieron pastel de fresa, se dieron algunos besitos y se acostaron a mirar las nubes.

-Mira, Sanake. Esa de allá parece un gato montando a caballo. -Señaló con su dedo aquella nube tan cómica y soltó una risita. Sana no prestó atención a eso. Estaba enfocada en aquel anillo en el dedo de Jihyo.

-Te lo pusiste... -Tomó su mano y miró ese anillo con una sonrisa.- Yo también lo tengo, mira. -Extendió su mano y se lo mostró orgullosa, cosa que causó una tierna sonrisa por parte de la coreana. En ese momento recordó el objetivo de su salida con Jihyo, por lo que se sentó rápidamente y Jihyo hizo lo mismo.

-¿Qué pasa, Sanake? -Preguntó Jihyo preocupada por el movimiento tan repentino de la japonesa. Sana en cambio, tenía una pequeña sonrisa boba. Volteó a ver a la menor y la tomó de los hombros.

-Jihyo, ¿Serías mi novia? -La más pequeña abrió los ojos de par en par y sonrió de oreja a oreja. Siempre había soñado con ser la novia de Minatozaki Sana y, finalmente, se lo había pedido.

-¡Sí! Seré tu novia y nunca, nunca te dejaré ir. - La tomó de las mejillas y la llenó de besos por todo el rostro, finalizando con uno en los labios. - Te dejé ir una vez, no pienso cometer el mismo error otra vez.

-Esta vez sí estaremos juntas para siempre.

-Ambas chicas se abrazaron fuertemente y rieron una vez más.

FIN

𝗧𝗿𝗲𝗲𝗵𝗼𝘂𝘀𝗲 𖦹 SAHYOWhere stories live. Discover now