Todo tiene un origen y este es el mismo en todas partes.
-Hola. Mi nombre es Asriel.- Se presentó un pequeño monstruo.- Pero pronto seré conocido como el gran Asriel, El Dios De La Hypermuerte.- Pero exagerada.
Atrás de una amorosa cabra. Estaba cierto infante humano que mirada con nervios a quien se presentaba.
-Mi, mi, mi nombre.- Mismo humano que resultaría especial para aquel pequeño monstruo.- Es Chara.
Mismos problemas.
-Esta es Hotland, Chara.- Decía su hermano, que lo recordaba mostrándole el lugar, en sus primeras semanas en el Sub-suelo.- Debes de tener mucho cuidado al estar aquí, ya que hace mucho calor y también por la lava.
-Eso se nota.- Decía una voz femenina algo seria y casi de mala manera, sofocada por el calor del lugar.
-Papa trabaja en este lugar y sigue haciendo detalles para hacer este lugar más seguro.- Decía su hermano señalando a lo lejos el laboratorio.
Misma historia. Mismo origen.
-Vamos.- Dice una voz masculina, recriminándole a su hermano monstruo.- ¿Acaso eso es lo que el Gran Asriel puede hacer?, ¿Así quieres que mama te acepte?
-¡Mama!... ¡Que diga, la Capitana me aceptara!- Recriminaba el pequeño monstruo.- Y yo. El gran Dios De La Hypermuerte gobernare todo algún día.
Quizás mismos acontecimientos en dicho origen.
-¡Deja de acariciar las esponjosas orejas de la poderosa deidad...- Hablaba Asriel- Ermm... Quiero decir... Chara por favor detente...
Mismas acciones.
Hubo diferencias, quizás una que otra relevante, pero triviales al fin y al cabo ante la vida y el destino que forjan los caminos. Y pese a dichas diferencias, la historia sigue.
No importaba si era un niño o una niña, al fin y al cabo.
Una de esos acrecimientos fue. Un regalo que aquel humano le dio al ser más especial de su vida.
-Cha- Chara.- Tartamudeo Asriel, sorprendido, con la boca casi abierta.- Es, es, es... ¿Qué es?
Aquel pequeño cabro se aferraba a cierta prenda, un regalo que aquel humano había tejido. Adornando el cuello del monstruo, un manto multicolor.
-Se le dice paliacate.- Dijo aquel humano. Pero... su voz
-¡Es, es muy bonito!- Decía Asriel que no tenía palabras para poder expresarse.
-¿E- enserio?- La voz de aquel humano no era normal. Sonaba mezclada. - Solo tejí unos cuantos harapos que encontré en buen estado.
-No lo veo así.- Dice el pequeño emocionado al ver tal detalle de su familia.- ¡Me encanta!
ΔΙΑΒΑΖΕΙΣ
BrokenShift
ΡομαντικήMe quito todo. Y lo repitió una y otra vez. La felicidad que alguna vez provoco solamente fue una ilusion. Pero arrebatándome mi verdadera felicidad, lo que alguna vez tuve en el proceso. Pero si no puedo hacer nada mas. Mas ver el mismo bucle. Lo ú...