El después

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Al día siguiente

El tiempo sigue su curso. Sin detenerse ningún momento.

-(Bostezo)

Unos ojos se abren. Una humana despierta de su sueño. Estirándose con libertad.

-...

Tallándose los ojos un momento y volver a estirarse.

-Qué bien dormí.- Se decía ella misma.- Espera... ¿Qué bien dormí?

La humana ve su despertador y ve que eran apenas las 10:00 am. Ella se queda pensando. Sabía que algo andaba mal, simplemente no era normal. Pues estaba un despertador que la intentaba levantar más temprano de lo usual, que aun en forma de espíritu o solido no podía simplemente lograrlo. Mayormente levantándole treinta minutos antes. Pero ahora, simplemente se levantó a su gusto.

-Asriel.- Llama la humana.- ¿Estás ahí adentro todavía?

La humana se golpea levemente su cabeza y se toca su cicatriz oscura. Se daba cuenta que algo le faltaba.

De repente la puerta se abre, dejando pasar a alguien.

-¡Buenos días!

Asriel entra con una bandeja de comida. Con una sonrisa en el rostro.

Mientras tanto la humana se le quedaba viendo con algo desconcertada. Pero después igual sonríe de solo observarlo.

La humana baja un poco su mirada y suspira, mientras sonríe felizmente.

-¿Qué tienes?- Le pregunta Asriel.

-Nada, ¡Jeje!- Le responde ella somnolienta.- Solo que creo que aún sigo soñando.

Asriel se le queda viendo algo desconcertado ahora. Pues él no comprendía que ella estaba muy feliz de ver el amor de su vida justo al frente, como si de un sueño se tratase. El pequeño se acerca, sonriendo nuevamente, dejando la bandeja a un lado.

-¿Por qué me dejaste dormir más tiempo?- Pregunta ella, con curiosidad.

-Mmmmm.... No lo sé.- Responde Asriel, agarrándose la barbilla, pero sonriendo.- Simplemente, no quise despertarte.

-¿Enserio?- Pregunta ella, mas confundida.- Eso es raro de ti.

-Solo fue por esta vez.- Decía su amado con seriedad.- No te acostumbres.

-¡JA!, Ya decía yo que era demasiado.- Chara suelta una carcajada.

-Simplemente no quise hacerlo.- Decía Asriel, sonrojado.- Te veías muy linda mientras dormías.

-...¿Qué?- Chara pregunta.

-¡Jejejeje!

El rubor de la humana se asoma un poco más, sus mejillas de por si rosadas se tiñen algo rojas. Asriel esa reacción, ya que sabía que a su amada no le gustaban cuando le devolvían la broma. Aunque no era una broma de parte de él.

-¿Y qué hacías?- Le pregunta ella, cambiando de tema.- Ya que se me hace raro que no hagas nada.

-Chara, me conoces mejor que nadie.- Le decía el con alegría.- Siempre tengo cosas que hacer. Aunque... Hoy quise hacer algo especial. Aprovechando que estoy sólido. Quien sabe cuándo cuando dejare de serlo, ya sabes.

Por un momento ella no responde. Porque es la verdad. Su amado ya no estaba vivo, estaba muerto y quien sabe porque se solidifica y está entre los vivos. Mas sin embargo no es siempre y el tiempo suele ser indefinido, mas no pasa más de ciertas horas.

-Hice algunos quehaceres. - Respondía el pequeño.- Y mira. Hice el desayuno... Para ti.- Le dice señalándole con el dedo.

De solo escuchar la última palabra. Hace que la humana reaccione, sintiendo de inmediato un aire frio recorriendo por su espalda.

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