Funeral

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Advertencia: descripciones gráficas de violencia además de escenas gore.

*

Mirar la urna de madera fue extraño, todavía más que haber visto el cuerpo frío y pálido de su querida tía Sanren.
Incluso más que reconocer el cuerpo para después llevarlo a la funeraria. Todo parecía irreal.

Jamás creyó que eso le iba a suceder, porque por alguna razón, tenía la esperanza de que la vida de su madre adoptiva fuera longeva, incluso más que su propia vida. Por supuesto, no tenía la menor idea de que su tía tenía afecciones cardíacas que podían matarla en cualquier momento.

Habían crecido juntos, llendo a la madurez al mismo tiempo. Ella sin saber ser madre y usando sus habilidades para criar un hombre de bien, apoyando sus decisiones exceptuando el hecho de que quería ser pintor; ayudando a que entrara a una universidad prestigiosa para que tuviera conocimientos distintos además de su profesión soñada; y Xingchen siendo moldeado a las expectativas de Sanren a la vez que intentaba seguir sus sueños.

Vivieron distintas experiencias juntos, algunas que no sería capaz de explicar debido a la relación madre-hijo que tenían. La mujer había sido estricta y cariñosa en partes iguales, aunque debido a la distancia el último abrazo que recibió de ella fue cuando se mudó a la ciudad.

Los recuerdos dulces, tales como esos, le hacían olvidar los últimos años de convivencia. Desde el momento en que presentó a Zichen como amigo, ocasión donde Sanren conoció al prospecto"perfecto" para su sobrino debido a la clase social que pertenecía, al atractivo físico y su extraño encanto.

Cuando Xingchen descubrió la infidelidad, su tía le recordó los detalles que había tenido para él, los momentos lindos, las veces que durmieron juntos, la "verdad" acerca sobre su novio. Incluso, al saber que le pidió matrimonio, insistió en que era un buen hombre.

No podía negar que el hecho de que ocultara el secreto del amante de Xingchen era más que nada un acto de amor maternal, o familiar; en ese punto no lo sabía realmente.

Por lo tanto, en las memorias de Xingchen, lo bueno fue enaltecido y lo malo fue desechado porque era "inservible". Al final del día, ella ya no tenía vida y el karma la alcanzaría en las siguientes reencarnaciones para que pagara por lo malo que pudo haber hecho.

—¿Necesitas algo más? —la pregunta de Xuan Yu le sacó de su introspección.

Su joven cuñado fue la primer persona que llegó para el funeral, llevando consigo flores e incienso. Además, ayudó a ordenar lo que faltaba por hacer, quitándole una carga significativa.

—No, así está bien ¿y Chengmei? —indagó con curiosidad.

—Recibiendo a los vecinos —explicó con una sonrisa discreta— si no es mucha indiscreción, bienvenido a la familia Jin —agregó, sabiendo que no era el momento de hablar sobre ello.

Xingchen sonrió un poco sonrojado. Asintió enseguida, intuyendo que la noticia fue esparcida a toda la familia después de que se hubieran casado. Esa corta semana no podía dejar de ser extraña: participó en uno de los eventos más importantes para la industria de la moda, se casó en Italia, perdió a la única familiar sanguínea que tenía y al mismo tiempo, ganó muchos cuñados y en sí, familiares políticos que lo apreciaban realmente.

Chengmei se acercó a ellos, abrazando a Xingchen por cintura; su cabeza quedó en el hombro ajeno, agradeciendo la diferencia de altura porque podía hacer eso. Dejó un beso en su mejilla antes de que el sonido del timbre les llamara la atención.

Xue Yang se ofreció a abrir, tal como lo hizo durante toda la mañana. Sin embargo, ninguno de los presentes esperaba (quería) que fuera el hombre en la puerta: Song Lan.

Getaway carWhere stories live. Discover now