I just wanna stay in that lavender haze

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El humo del tabaco abandonó su sistema respiratorio cuando exhaló. El agua de la tina seguía caliente y con el cuerpo de Xingchen recargado en el suyo, era casi imposible sentir frío. Parecía ser un buen día, solo que no lo era.

Su novio temblaba a cada minuto como consecuencia de los ataques de ansiedad que llegaban de manera inesperada, al menos para Xue Yang. Quería ayudarle pero la única forma era estar ahí, sosteniendo su cuerpo, dando masajes suaves, dejando besos en la espalda y acariciando su cabello húmedo.

El joven había conservado la calma hasta que pudieron estar solos, al final de su jornada laboral. Se derrumbó frente a él, pidiendo perdón por no haber sido discreto lo suficiente para que no pudieran decir algo sobre ellos.

Sabía muy bien que era culpa de ambos, no solo de Daozhang. A pesar de repetirlo una y otra vez, no pudo hacerlo entender. Entonces se ocultaron en un hotel para relajarse, siendo realmente cuidadosos.

Xingchen quería tener sexo, sin embargo, la ansiedad golpeó su tranquilidad de nuevo y tuvieron que detenerse.

Y Chengmei no podía pensar en otra cosa que no fuera su relación con Xingchen. Si bien, no era su primer novio, era la primera vez que era el amante de alguien.

Dado que era una persona que odiaba, se sentía bien saber que le estaban siendo infiel pero, joder, quería ser el único en su vida, en realidad. No por posesividad, simplemente porque quería una relación normal.

Aún así iba a esperar la libertad del otro aunque no se quedara con él.

Aún así, estaba dispuesto a protegerlo.

Había una voz interna que le decía que no era normal, ni sus sentimientos, ni su instinto de protección hacia él, ni la confianza que tenía en él; mucho menos su vulnerabilidad.

Esas dos últimas eran las más graves. No confiaba en la gente, mucho menos en personas infieles como Guang Shan. Pero con Xingchen era distinto. Le mostró sus cicatrices de la infancia, tanto físicas como psicológicas; lo llevó con su familia, lo escondió de su prometido, incluso le dió una paliza al idiota.

Tal vez se debía a qué Xingchen parecía ser ingenuo en muchos sentidos. Podía ser la persona más candente, desinhibida y creativa durante el sexo pero, cuando se trataba de la gente parecía confiar sin dudar, quería ayudar sin preguntar, era servicial aunque no lo merecieran.

No juzgaba a las personas cómo él, por tener un pasado con experiencias cuestionables e ilegales, por ser un hijo adoptado, o por ser él. En cambio, parecía que le gustaba todo ello. Le parecía atractiva la sonrisa amenazante, los ojos pícaros y la mirada profunda que usualmente usaba para asustar.

Parecía ser una persona inocente, demasiado sobreprotegido para que no entendiera el peligro que había en ser ingenuo. De todas formas, así le gustaba, quería proteger esa ingenuidad.

Tal vez se estaba enamorando demasiado rápido pero al final del día sería problema del Xue Yang del futuro, mientras tanto, tenía que ayudar a su novio en todo cuanto fuera posible.

Sus manos se movieron por sí solas, buscando la piel húmeda para acariciar cada centímetro de ella. Sus brazos envolvieron el pecho de Daozhang y este se echó para atrás, buscando la posición perfecta para ser consentido.

Su bello momento fue interrumpido por el temblor de Xiao Xingchen. Su respiración se aceleró, su cuerpo se puso semi rígido y las manos pálidas corrieron a tomar su cabello. Yang aflojó su agarré e intentó evitar que se hiciera daño en el cuero cabelludo.

—Odio tanto esto ¿Porqué soy tan idiota?— expresó Xingchen con la respiración entre cortada y con llanto —Te estoy poniendo en peligro, te voy a arruinar la vida— agregó intentando respirar.

Getaway carWhere stories live. Discover now