The best of times

97 18 31
                                    

—Cuéntame algo sobre ti— pidió Xingchen entre susurros.

Seguían abrazados en la cama, conservando el calor, los líquidos que fluyeron y el olor característico. Como perdieron la noción del tiempo no habían notado que la noche ya había caído.

Así que tomaron eso como pretexto para seguir en la cama.

—Algo sobre mí— murmuró dudoso, dando vueltas en sus recuerdos —Cuando era niño, siempre le robaba los dulces a Xuan Yu. Él comía pocos así que, investigué dónde guardaba los demás para comerlos. Sí me descubría intentaba golpearme y me defendía a mordidas. Casi siempre terminaban intentando separarnos cuando ya había sangre de por medio— contó con una risa disimulada.

—¿Desde niño te gusta morder a la gente, verdad?— preguntó divertido el otro, riendo de aquella anécdota.

—Sí, solo que ahora solo lo hago si tengo el consentimiento de la otra persona— contestó apretando la cintura de Xingchen con los brazos.

Siguieron riendo en murmullos, como si alguien más les pudiera escuchar. Yang recordó que le había prometido helado, así que se levantó del lugar tan cálido. Buscó un par de camisas de franela y un par de boxers para los dos.

Le dió una camisa azul marino para que se vistiera mientras regresaba. Xingchen se vistió con pereza, quería estar abrazado con el otro por el resto de la noche.

Hacia demasiado tiempo que no se sentía así de bien, con tanta paz y con el dolor corporal agradable. Entonces recordó que aún tenía algo que arreglar: su compromiso con Song Lan. Sabía que había llegado el momento de partir.

Le dió una segunda oportunidad que no aprovechó. Aún sentía un poco de amor por él, era obvio por todo el tiempo que habían estado juntos pero, todo había cambiado. Extrañaba al Zichen amoroso que conoció, que a pesar de ser una relación secreta era especial, era algo tan mágico.

En ese punto de su relación, ya era la segunda infidelidad que le descubría con pruebas. Habían pasado tan pocos días juntos desde seis meses atrás, tanto así que podía contarlos y recordarlos con detalles. Generalmente se veían en la agencia cuando no descansaban.

Se había vuelto tan vacío todo, tan frío. Aunque siempre había sido poco cariñoso, Song Lan era atento, detallista, mostrando su amor con detalles y palabras.

A pesar de que no sentía culpa por haberse acostado con Xue Yang, seguía sintiéndose extraño, con una opresión discreta en el pecho, sintiendo que algo malo estaba por ocurrir. Faltaban un par de días para que Zichen regresara de Japón, para que apareciera en su vida otra vez.

Estaba triste por el engaño, se sentía asqueroso al recordar todas esas fotos. Se tiró en la cama para abrazarse a sí mismo. Los pensamientos corrían uno tras otro, como si quisieran que sintiera culpa por lo que acababa de ocurrir.

Inconscientemente se estaba culpando de todo. El dolor en el pecho aumentó considerablemente. Sintió un par de manos agarrar su hombro y saltó en la cama. Cuando se quitó la sábana recordó que estaba con Xue Yang, en su cama, a salvo.

—¿Qué pasa?— preguntó al ver el pánico en sus ojos.

Xingchen sonrió por unos segundos, suavizando su mirada casi al instante.

—Nada, estoy bien— mintió para no preocupar al joven.

—Eres terrible mintiendo— contestó sonriente —No voy a presionarte para que me cuentes pero aquí estoy para escucharte, cuando tú quieras ¿De acuerdo?— agregó mientras acomodaba un mechón largo de cabello detrás de la oreja de Xingchen.

Getaway carTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang