Run

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Advertencia de contenido: violencia física, abuso psicológico, manipulación, posible gaslighting e intento de abuso sexual.

*

La noche, así como la cena familiar en la casa de los Jin había sido maravillosa. Todos parecían ignorar el hecho de que la pareja de novios habían tenido relaciones sexuales unas horas antes.

Xue Yang tenía razón: esa habitación parecía ahogar cualquier ruido.

Nadie sospechó tampoco sobre porqué se había duchado antes de volver a aparecer en el comedor. Incluso el dormir en una cama que no se usaba desde años atrás se sintió bastante bien.

Así que en la mañana siguiente cuando despertó solo y escuchando un escándalo acercándose, se asustó. Parecía que todo lo bueno le duraba unos días solamente.

La puerta se abrió y cerró en un instante. Xuan Yu estaba agitado y aún así podía hablar con normalidad. En las manos tenía ropa de color negro que le tiró en la cama. Xingchen buscó sus anteojos de armazón para comenzar a despertar.

—Vístete, el idiota de Song Lan está aquí, buscándote— avisó.

Sintió que por segundos su corazón se detenía. El pánico se apoderó de su ser entero. Zichen estaba ahí y de alguna manera le había encontrado... ¿Y si sabía todo lo que había sucedido con Xue Yang?

Salió de las suaves sábanas para comenzar a vestirse. Por fortuna, su cuerpo seguía respondiendo a pesar de que su mente se congeló y le permitió cambiar el pijama pequeño con rapidez.

—¿Cómo sabe que estoy aquí?— preguntó con miedo y desconfianza ante el chico frente a él.

—No lo sé pero créeme que nadie de aquí le dijo. Lo odiamos desde antes de que te conociéramos, ni siquiera Zixuan se atrevería a hablarle— explicó.

Una vez que estuvo listo, Xuan Yu jaló una palanca en el clóset. Se nueva cuenta la puerta se abrió y les dejó salir sin tener que cruzar la puerta principal, dónde el idiota se encontraba.

Su cuñado le tomó la mano una vez que estuvieron afuera de la biblioteca. Le jaló por todo el jardín trasero, cruzando cerca de una alberca, corriendo entre casas pequeñas y caminos extraños. Llegaron a una zona casi boscosa donde se ocultaba otro garaje.

Estaba impresionado por ello pero no tuvo mucho tiempo para estarlo. Entraron derrapando para buscar un auto. Casi al instante se encendió un auto al fondo, dejando ver al chófer y a Xue Yang en él. La puerta trasera se abrió y el par de amigos subió enseguida.

Se dirigieron a la entrada trasera para poder huir pero no pudieron. El auto de Song Lan se atravesó unos metros adelante. El chófer contratado se detuvo y en silencio preparó un arma de fuego.

Los ojos de Xingchen se agrandaron al ver eso ¿Le iba a disparar? Él no quería eso, no quería ningún muerto.

Song Lan salió del auto, elegante como siempre. Caminó con seguridad hacia el auto, de alguna manera supo por donde saldrían. El chófer quitó el seguro del arma.

Xingchen sucumbió ante el pánico. No quería que alguien saliera muerto, no quería enfrentarse a Zichen y mucho menos soltar la mano cálida de Xue Yang pero debía hacer algo.

Contuvo sus ganas de besar a Chengmei y abrió la puerta del auto para salir. Tenía que enfrentar su realidad.

—¡Dios mío Xingchen! Estás bien— exclamó fingiendo preocupación.

Se acercó a él hasta que pudo tocar su rostro. Como respuesta, Xingchen giró el rostro para que no le tocara. Parecía que el mundo se había detenido.

Getaway carWhere stories live. Discover now