capitulo 55

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Enero, 2019.
República Dominicana

Hemos llegado al hotel hace tres horas y algunos minutos, dormí en el Jet y algo de energía me dio pero el ambiente está tenso.

Estoy sentada en un hamaca meciendome, el aire fresco mueve mi cabello y dejo las manos en mi vientre. Son apenas las siete de la mañana y todo está en silencio, escucho las aves cantar y el sonido del mar. Me encanta esta habitación ya que tiene un pase directo a la playa y al mar, de hecho hay un camino de madera que llega al agua y te puedes bañar con tranquilidad.

Escucho los pasos de Antonio y me quedo en lo mismo, se acerca a mi espalda y detiene la hamaca para acostarse. Se arregla y pasa su brazo por mi abdomen. Volteo a verlo y está solo en un shorts de lana negro con unos lentes de sol.

Respira hondo y me acuesto en su pecho.

- ¿Estas molesto? - Pregunto y acaricio su brazo desnudo.

Recorro sus tatuajes con mis dedos y el se mueve acariciando mi cabello.

- No - Responde de forma dura y me levanto viéndolo.

Quito sus lentes y cierra los ojos.

- No me digas - Le digo con sarcasmo.

- Si te digo.

- ¿Quieres hablar? - Pregunto y niega - ¿Que quieres hacer entonces?

- Follarte duro - Me ve y mi expresión le saca una sonrisa - Pero más tarde.

- ¿Por qué ahora no?

- Porque si estoy molesto - Arregla sus lentes.

- Hablemos - Insisto y niega - ¿Por qué no?

- Porque no quiero - Respiro hondo y me vuelvo acostar - Estoy cansado, me duele el miembro y estoy molesto - Vuelve hablar con tranquilidad y comienza a movernos.

- ¿Vamos a dormir? - mis ojos se comienzan a cerrar.

- Si, luego hacemos los demás - me agarra las caderas volteamdome.

Quedo de lado y tomo su brazo abrazandolo como si fuera mi oso. Cierro los ojos y me vuelvo acomodar quedándome dormida...

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Camino hacia unos de los puestos que hay en el playa del hotel. Cargo las sandalias en la mano sintiendo la arena en mis pies.

Miro a Antonio en su celular muy tranquilo y me acuesto a su lado poniendo mi cabeza en su pecho.

- Tu gata arañó a unos de mi hombres - Me pasa el celular y sonrío sin evitarlo.

- Espero no le hayan echo nada - le devuelvo el celular.

- Espero que si - me levanto viéndolo indignada - Ven - Voy hacia el de nuevo y toma mi cara en sus manos.

Comienza acariciar mi mejilla con suavidad y cierro los ojos ante el toque.

- No quiero que estemos mal mi amor - Le susurro y me jala uniendo nuestros labios.

Unstable. [saga Bernocchi > Libro 1]Where stories live. Discover now