capitulo 32

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Diciembre, 2018.
Italia.
Castillo Bernocchi.

Me remuevo en las sábanas frías de mi cama, me toman por la espalda y siento el pecho definido.

Medio me ve volteo y veo Antonio con una sonrisa, sus ojos brillan y el verde es más intenso que lo normal.

- Buenos días - Susurro y me besa.

Me volteo y lo abrazo, estoy feliz, le doy una sonrisa y me arregla el cabello.

- Me debo ver horrible - Niega pasando las manos por mi cuerpo - ¿Pasa algo?

Vuelve a negar respirando hondo, es raro que no me hable o que no me de sus buenos días, es raro que no lo tenga bien enterrado.

- ¿Te gustaría tener un hijo conmigo? - Lo veo fijamente y no entiendo a qué va esto.

- Ya lo tenemos - Bromeo - Que espero que haya llegado bien.

- Lo hizo - dice viendo mi cabello - Tienes algunas pecas.

- ¿Ahora es que te das cuenta? - Niega y lo siento raro.

- No me has respondido.

- Tal vez - Le digo - ¿Por qué? - me siento encima de él - ¿Quieres practicar?

- Curiosidad - Pasea las manos por mis piernas y las lleva a mi abdomen viéndolo diferente - Nunca has tenido un abdomen plano.

- No encajo en los estándares de Belleza - digo con fingido pesar.

- ¿Que? - me ve sonriendo - Eres perfecta ni siquiera tienes una mancha en la piel.

- Por eso me la voy a tatuar - Digo y niega divertido.

- Los jóvenes y sus cosas - Suelta y rio a carcajadas.

- Cierto que tú eres mi papi - Voy a sus labios.

- Lo soy - Dice con su típica sonrisa de soy lo mejor y lo se.

- Y un viejo también - Gruñe y me rio - ¿Cuando va a dejar de funcionar?

- ¿Que te pasa Isabella? No soy tan viejo.

- Ajá - Respondo - me llevas 12 años... no puede ser - me alejo de golpe - Cuando tuviste a Massimo yo era una bebé.

- Yo era muy joven también - Dice.

- Mmm - comienzo a sacar la cuenta con los dedos.

- No puedo creer que me vaya a casar contigo, no sabes ni sacar una cuenta.

- Joder me hiciste perder - le reclamo y voltea los ojos, comienzo otra vez - ¿Tenías mi edad?

- Deberías tu tener un hijo a esta edad también - dice bajándome cuando toca mi espalda.

- ¿Sabes que me da terror de embarazarme? - niega - Tenerlo - me ve como si hubiera perdido la cabeza - Tu no lo ves así porque a ti no te va a doler, no importa si es cesárea o parir es igual de doloroso.

- Tu no has hecho ni una ni otra - Agarra mi cabello, pongo mis manos en su pecho dejando la quijada encima de ellas.

- ¿Como fue cuando Massimo? - Le pregunto - Nunca hablan de su mamá.

- No estuve ahí - Dice y me pellizca la punta de la nariz.

- ¿Que hacías? ¿Andabas de sicario o como? - sonríe dejando las manos en mi espalda.

- No, estaba ... - Se calla y entrecierro los ojos - Estaba cogiendo.

- Dios mío - se vuelve a reír - ¿No podías dejar de meterte tu pene en un hueco por un día?

Unstable. [saga Bernocchi > Libro 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora