Monkie Kid: Un Viaje al Oeste Diferente

Como lo odio

Sun: mono. Min: inteligente. Kuan: quien oye los lamentos del mundo.

Sun Minkuan: mono inteligente que oye los lamentos del mundo.

Nota: Utilizaré mayormente el apodo en vez del nombre.

Espero lo disfruten.

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El cielo y la tierra temblaban ante la bravura de dos seres que peleaban arduamente entre ellos, todo ser mortal o inmortal buscaban con desesperación refugio de aquellos dos que peleaban sin descanso alguno.

—¡¿A eso le llamas pelear?!, ¡que patético! —se burlo el primero.

—¡CÁLLATE!, ¡MALDITO FARSANTE! —respondió el segundo mientras mostraba los colmillos y soltaba gruñidos de enojo.

—¿Qué ocurre?, ¿"el Gran Sabio Igual al Cielo" no puede conmigo? —se burló una vez más mientras esquivaba con agilidad los golpes y zarpazos del Gran Sabio.

—¡CÁLLATE!, ¡ROMPERÉ CADA HUESO DE TU CUERPO Y VEREMOS QUIEN SE BURLA AL FINAL!.

Nuevamente un choque de poder entre ambos, desde la tierra eran observados por seis espectadores.

—¿No podemos hacer nada? —preguntó preocupado aquel monje.

—Aunque quisiéramos, no somos nada a comparación de ellos dos —respondió un demonio cerdo.

—Ao Lie, Bonzo Sha, ¿ustedes pueden hacer algo?.

—Lamento decirle que no, maestro, mi poder no se compara con aquellos monos celestiales —respondió el Bonzo Sha.

—Sí quisiéramos ayudar, creo que seriamos más un estorbo que una ayuda. Maestro, esta es una pelea que solo nuestro hermano puede librar —contestó esta vez Ao Lie, los dos restantes veían asombrados aquella pelea, por lo que no habían puesto atención a la platica.

—Pero tú eres un dragón, hijo de Kwang-Ching, Rey dragón del océano occidental, el Bonzo Sha fue el oficial encargado de levantar la cortina y Ba-Chie fue el mariscal de los juncales celestes en el río de los cielos. Creo que ustedes podrían hacer algo.

—Maestro, le suplico que entienda, esos dos monos están por encima de nuestro poder, aun sí unierámos fuerzas, no podríamos ayudar en nada, no podemos distinguir al verdadero del farsante —le respondió con tranquilidad el joven dragón de ojos verdes.

—Solo podemos rezarle al Gran Patriarca para que la verdad salga a la luz —habló el Bonzo Sha mientras juntaba sus manos para comenzar a orar.

—...supongo que tienen razón —el monje Tang imito la acción de su discípulo, los otros dos siguieron su ejemplo, los restantes solo se miraron preocupados.

Mientras, en el cielo era todo un caos, los dos monos habían llegado hasta los dominios del Emperador de Jade, quien no sabía que hacer al respecto, desesperado por la situación y el caos, pidió ayuda al Gran Patriarca Tathagata, quien al hacer acto de presencia todo quedó sumido en una tranquilidad total, los monos celestiales pegaron rostro en el suelo, demostrando así sus respetos hacia Buda.

Hace tres años.

Al lugar, entró aquel que había sido convocado, caminaba a paso firme por aquel pulcro pasillo, observando al fondo de la habitación al ser que lo había llamado, al estar frente a él se arrodillo, pues sabía que no era del total agrado de aquella persona, sentimiento que ambos compartían.