No fue tan malo

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Shun: buen carácter.

Espero lo disfruten.

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Después de unos segundos, Liu'er salió de su sorpresa momentánea, su rostro adquirió un tono rosado, se sentía apenado por aquello. Era un demonio muy joven, sí, pero quería aprender por su cuenta cualquier cosa, aunque, si lo pensaba bien, recibir ayuda de alguien no estaría de más.

—¿Que lo hizo llegar a esa conclusión? —preguntó mientras se removia un poco en su lugar.

—Me recuerdas a mi hijo. Él también es realmente despistado —soltó con aire de ensoñación y una sonrisa en su rostro—. Ahora mismo, tiene veinticinco años.

—¿Dónde está? —preguntó con genuina curiosidad, la sonrisa del señor desapareció, al igual que su buen humor.

—Desde pequeño, demostró tener habilidades para la lucha, por lo que un viajero se interesó en él, ese viajero se convirtió en su maestro, mi hijo se volvió tan bueno en batallas que fue solicitado para ser uno de los guardianes en la casa del gobernante de este lugar. Cuando fue solicitado, el viajero se fue y dejó a mi hijo a su suerte, no sin antes darle su bendición, o eso fue lo que me dijo mi hijo. Hace tanto que no lo veo, tanto así que muchos han especulado que tal vez ha muerto, pero yo tengo pruebas y de que eso no es cierto, aún así, lo extraño mucho... —habló de manera triste, Liu'er lo veía con tristeza— ...la casa se siente sola desde que se fue. Mi esposa murió hace casi dos décadas, por lo que mi único consuelo es tener a mi hijo, pero desde que se fue, me he sentido tan solo.

—¿No puede visitarlo?.

—Lo ha intentado, pero siempre que él trata de venir, siempre le encomiendan misiones. Yo también he tratado de ir a verlo, pero no me es permitida la entrada.

—¿Por qué?.

—Porque no tengo nada que ofrecer para "estar frente a nuestro gobernador". Mira a tu al rededor —habló el vendedor, el de ojos dorados observo con mayor detenimiento, las casas eran humildes pero de buen tamaño y buenas condicones—. Nosotros no estamos tan mal como los demás, se puede decir que estamos entre los ricos y los pobres. Ni tan bien ni tan mal. Si fuera de familia rica, podría ver a mi hijo cuanto quisiera y él a mí, pero no lo soy, no "tengo permitido" verlo.

—Eso es injusto. No pueden hacer eso, esta mal —habló ofendido el menor.

—...pero lo hacen. En fin, ¿cómo te llamas? —trató de cambiar de tema, el mono comprendió aquello.

—Me puede decir Liu'er.

—¿"Seis orejas"?, ¿a que se debe eso?.

—Tengo buena audición, como si tuviera seis orejas. Supongo que por eso el apodo —respondió rápidamente, a la vez que recordaba que no tenía su apariencia común, se sentía mal por tener que mentirle a aquel agradable señor.

—Comprendo, mi nombre es Shun. Es un gusto conocerte, Liu'er —dio una sonrisa sincera, la cual correspondió al azabache, el señor era alto, no era corpulento pero tampoco era muy flaco, cabello negro y ojos cafés—. Si quieres puedes pasear un poco por la ciudad, pero me gustaría que regresaras antes de que caiga la noche. Así te puedo mostrar mi casa, lo que será tu cuarto y te podré presentar a los vecinos. ¿Te parece bien?.

—Lo que usted diga, señor Shun —sonrió ampliamente.

—Muy bien, entonces, ve a explorar en lo que queda de día —le sonrió ampliamente, el joven asintió, alejándose de su puesto, Shun suspiro—. Ese chico, en verdad me recuerda a mi hijo —soltó de manera sincera, volviendo al poco tiempo a atender su puesto.

Monkie Kid: Un Viaje al Oeste DiferenteWhere stories live. Discover now