Nuestro secreto

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Ambos seguían observándose sin hacer un solo movimiento, el de ojos dorados dio un paso hacia atrás, mientras que Yanmei comenzó a acercarse un poco a él.

—Liu'er... —le llamó, tratando de que el azabache la volteara a ver.

—Yo, regresare por mis cosas y me iré del pueblo. Prometo que no me volverá a ver, se que le he de dar mucho miedo ahora mismo, y es entendible, después de todo, soy un demonio —la idea de aquel ritual para romper lazos parecía una buena opción—. Lamento haberla hecho perder tanto tiempo a usted, al señor Li y al señor Shun, pero prometo que...

La de ojos miel tomo cuidadosamente la mano del menor, este levantó la vista confundido por aquella acción.

—Gracias por salvarme —le sonrió amablemente.

—¿Qué? —estaba mucho más desorientado que antes, parpadeando un par de veces.

—Tú no me has hecho perder el tiempo, al contrario, eres alguien que le ha dado sentido a nuestro tiempo.

—No entiendo, ¿no tiene miedo de mí?.

—Mi niño, he convivido contigo durante todo un año y, a pesar de no ser quien aparentas ser, se con certesa que tú personalidad es genuina.

—¿Cómo está segura de eso?.

—Porque puedo verlo con claridad, si fueras diferente, no te hubieras molestado en venir a salvarme y poner en riesgo tu secreto. Además, yo siempre creí que había demonios buenos y malos, tú, eres uno de esos demonios buenos —acaricio su cabeza gentilmente—. Guardaré tu secreto, en su lugar, te confesaré algo, serás el primero en saberlo. Será nuestro secreto.

—¿Q-Qué cosa?.

La mujer guió la mano del menor a su vientre, los ojos del guerrero se abrieron con sorpresa ante aquello, observando la cara de la mujer por unos segundos para después mirar el vientre de ella, repitió la acción un par de veces más. Esto ocasionó una leve risa en la mayor.

Liu'er finalmente había comprendido porque el aroma de Yanmei era ligeramente diferente, pero al no saber porque ese cambio de aroma, simplemente lo dejo pasar, pero ahora, todo tenía sentido.

—Entonces, usted sí está...

—Embarazada, así es.

A la mente del domador de sombras llegó fugazmente la caída de la mujer del caballo, si algo le pasaba al bebé que tanto habían querido el leñador y aquella amable y bondadosa mujer, rodará una cabeza muy importante.

—Creó que no habrá problema si lo mando antes de tiempo con el rey Yama —habló de manera sería, casi sádica, las uñas de sus manos se volvieron garras, no estaba jugando.

—¡Tranquilo, tranquilo!. ¡Estamos bien, en verdad! —trató de tranquilizarlo la de ojos miel moviendo de un lado a otro sus brazos, tratando de llamar la extensión del guerrero, después de que lo logró, soltó un suspiro.

El semblante y emociones del de bufanda roja cambiaron a un estado de preocupación comenzando a inspeccionar a la mayor con cautela y entusiasmo.

—¿Esta bien?, ¿necesita un doctor?, debemos ir a un doctor, ¿será muy imprudente utilizar mis poderes?, ¿puede cabalgar?, ¿qué hago? —el azabache comenzó a entrar en pánico, no sabía que hacer, incluso se sintió abrumado por no saber actuar ante una situación especial, y relativamente común, como esa.

—Hey, tranquilo, estoy segura que esta bien.

—¿Cómo está tan segura?. ¡Usted cayó de un caballo y ese maldito la arrastro por varios metros! —la preocupación y el enojo eran más que evidentes—. Debería de enviarlo al Diyu de una buena vez.

Monkie Kid: Un Viaje al Oeste Diferenteحيث تعيش القصص. اكتشف الآن