...no soy un asesino

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Advertencia: este capítulo hace alusión a temas sensibles como lo son las v¡0l@c¡0n3s y el s3cu3str0.

Nota: creo que este es el capitulo más "fuerte" que he escrito, así que perdón por eso.

Espero lo disfruten...tal vez.

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Las carcajadas de tres de ellos eran más que molestas para el cuarto, quien simplemente los ignoraba.

—Esta vez si que nos sacamos la lotería —soltó el que llevaba en brazos a la mujer.

—Sí, ¿quién diría que está vendedora ambulante sería tan bonita?.

—Ni que lo digas, últimamente solo habían llegado puros vegestorios a vender, pero miren nada más a esta belleza andante —le siguió un tercero.

—¿Quieren guardar silencio?. Sus palabrerías sin sentido van a alertar al pueblo de las cosas que hacemos —contestó con fastidio el cuarto-. Si los atrapan, los demás y yo nos deslindar de ustedes.

—Oh, vamos, todos están en ese show del teatro de sombras —soltó con fastidio uno de ellos—. Desde que llegó ese forastero las cosas aquí han cambiado, el pueblo ha adquirido mayor carácter que antes, el maldito de Tai ha encerrado a algunos de nosotros y ya no somos tan temidos como antes. Todo por culpa de ese chico forastero dotado de tantas habilidades y buen carisma.

—Ni que lo digas. El único consuelo que tenemos es poder divertirnos un rato con bellezas como estas para después dejarlas en el bosque a su suerte, aunque claro, algunas no tienen la suerte de seguir aquí.

—Ya cierren la boca o...

—¿O qué? —preguntó Yong casi a sus espaldas, tanto su rostro como el de Liu'er demostraban su enojo y desagrado al enterarse de las barbaridades que cometían algunos de los ladrones.

Esos cuatro, sin mucho cuidado, tiraron el cuerpo de la chica a un lado, quien se quejo por el golpe recibido, aquellos cuatro ladrones tomaron en manos sus armas para poder pelear contra esos dos varones no deseados.

—Ustedes sí que dan asco como no tienen idea —soltó el pecoso.

—No creí que pudieran existir seres tan repugnantes tan cerca —le siguió el de ojos dorados—. Incluso entre demonios no son capaces de tal barbaridad.

—Toma a la chica, y corre —habló uno de los ladrones.

—Pero...

—Nosotros nos encargaremos —aseguró otro, sin perdida de tiempo, tres se lanzaron al ataque de los otros dos, el cuarto guardo sus armas y alzo a la mujer, quien comenzó a removerse para que la soltaran.

Liu'er y Yong esquivaban con agilidad los ataque de esos tres sujetos, provocando que estos entraran en desesperación al no poder acertar ni un solo golpe.

—Ve por la chica, yo me encargo de ellos, no queremos que le hagan algo más —habló el mayor haciendo caer a uno de los ladrones a la vez que lo despojaba de su arma—. Estos sujetos no son nada a comparación nuestra.

—Tienes razón —respondió el menor mientras hacía que las cabezas de los otros dos chocarán entre ellos—. Te los encargo.

Liu'er comenzó a correr hacía donde se había ido el cuarto sujeto.

—¿VUELVE AQUÍ! —le grito uno de los que chocaron cabezas, este tenía una clara intención de ir por el menor, una mano lo tomó del hombro.

—No, no, no. Ustedes tres, contra mí —sonrió arrogantemente, cosa realmente extraña en él, pero no podía evitarlo, quería golpear a esos sujetos con todas sus fuerzas, pero se contendría, pues no quería convertirse en un asesino.

Monkie Kid: Un Viaje al Oeste DiferenteWhere stories live. Discover now