Respetar y aceptar

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Nezha aparto la mirada, estaba frustrado, no entendía porque el menor había decidido no recibir ni pedir ayuda.

—Eres testarudo.

—¿Qué? —preguntó sorprendido, el azabache mayor suspiro para después dirigir su mirada roja con tonalidades rosadas hacía la dorada, parecía enojado.

—Puedes pedirme que no actúe ahora, puedes pedirme que no les diga, puedes pedirme lo que sea. Yo acepto tú decisión, pero yo no puedo prometer nada por ellos, ellos decidirán como actuar, ellos decidirán si dejaran todas sus enseñanzas de lado, aunque sea una vez, para vengar a una de las personas más importantes de sus vidas.

—Ellos no...

—Sun Minkuan —el demonio mono guardo silencio, sabía que había metido la pata de alguna manera—, estas actuando de manera egoísta, ya es suficiente que me pidas no expresarme, no dejaré que les hagas lo mismo a ellos, si quieren llorar, que lloren; si quieren pelear, que peleen; si quieren venganza, que la busquen. No puedes obligarlos a no sentir nada, como promesa que te hice, es respetar tú decisión, pero yo no puedo prometer nada por ellos. Si dices que has aprendido mucho con los humanos con respecto a la vida y la muerte, ¿qué has aprendido de sus sentimientos?, como mortales que son, son cambiantes, así como las estaciones que existen aquí, supongo que te has dado cuenta en estos dos años, ¿no es así? —el menor asintió apenado—. Incluso este bebé es cambiante, llora, ríe, grita, se queja, siente dolor, siente alegría, todos son diferentes y actúan diferente. Sí yo acepto algo no creas que alguien más lo hará, porque para mí lo que es correcto puede que sea incorrecto para alguien más, ¿entiendes?.

—Sí...entiendo, pero yo no quiero que sufran.

—Minkuan, eso es inevitable, aunque seamos dioses, no somos perfectos, la perfección es algo inalcanzable para todo y todos. Los humanos creen perfecto al Emperador de Jade y no lo es, el Gran Patriarca incluso tiene sus momentos malos y buenos, él mejor que nadie se enojaría contigo por tu manera de pensar, él fue alguna vez humano y los comprende mejor que tú o yo. ¿Crees en verdad que le agradaría la simple idea de que les pidas a los demás que no sientan algo tan básico como el dolor de la pérdida?.

—No.

—¿Por qué?.

—Porque el sentir es estar vivo —contestó a la pregunta, su ceño se frunció un poco—. Pero la ira es dañina y la culpa es mala compañera. Esas son las peores emociones que podemos tener, por eso no quiero que sientan eso, en especial tus hermanos y tú, los tres son algo impulsivos cuando se trata de proteger a alguien...por eso no quiero que sus enseñanzas se vean manchas por esto.

—Liu'er... —susurró el tercer príncipe de loto— ...es algo inevitable, incluso la Bodhissatva Guan Yin ha tenido pequeñas explosiones de ira, sabemos que esas emociones son dañinas, pero no podemos evitarlas por más que queramos.

Un muy largo silencio se hizo presente, ninguno parecía ceder ante las palabras del otro, ambos eran muy inteligentes y analíticos, pero eran igual de necios y testarudos.

—Eh, se que no me incumbe, pero me gustaría agregar algo como mortal que soy —soltó Yanmei entrando al cuarto.

—Señora Yanmei... —hablaron ambos, volteando a verla sorprendidos.

—Disculpen mi intromisión, pero era inevitable no escucharlos cuando se están casi gritando y yo estoy a unos pasos de distancia.

—Lamentamos el escándalo, pensamos que todavía no llegaba —Nezha alzó en brazos al bebé, quien había comenzado a extender los brazos a su madre.

—Me di cuenta —dio una leve sonrisa al tener a su bebé en sus brazos.

—¿Cuanto escucho? —preguntó el de seis orejas, temiendo que la mayor escuchará que moriría.

Monkie Kid: Un Viaje al Oeste DiferenteWo Geschichten leben. Entdecke jetzt