Manada

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El día transcurrió con normalidad para el resto de los pueblerinos, mientras que para Yanmei y su bebé era un poco diferente, pues ambos se encontraban haciéndole compañía a cierto mono guerrero que estaba en plena etapa de anidación.

—Liu'er, es en serio, tengo que irme para poder hacer las labores de la casa, además, estoy segura que no has comido nada y no has dejado comer al príncipe Nezha.

—Pero no los quiero dejar ir...

—Lo sé, pero no podemos estar aquí todo el tiempo, sobretodo porque mi bebé necesita más cosas que yo.

—...ya se, puedo utilizar mis clones y hacerlos adquirir su apariencia y la del bebé para que nadie sospeche de la ausencia de ambos, además, los puedo utilizar para que nos traigan todo lo que necesitamos.

—¿Puedes hacer clones?, mejor aún, ¿puedes hacer clones que adquieran la apariencia de quien quieras?.

—¿Demasiado escalofriante? —preguntó de manera inocente.

—Un poco, sí —contestó sinceramente la mayor.

—Y eso no es nada, este monito es un verdadero guerrero, controlador de sombras, creador de portales y clones y, por último, una enorme sombra de mono con cintas flotantes a su alrededor —soltó el príncipe de manera despreocupada, arrepintiendose casi al instante al escuchar un sonido de sorpresa ahogado por parte de la mujer y un leve golpe en su brazo por parte del de seis orejas—. Pero este chico sería incapaz de atacar a alguien a menos que sea absolutamente necesario para salvar a alguien o detener al ser que este causando alborotos. Así que no hay que preocuparse, sabe controlarse muy bien.

—Entiendo...tengo que irme ya, mi esposo debe estar preocupado por no haber regresado.

—No, por favor, solo unos minutos más~ —el menor se aferro a la cintura de la mayor, mientras que ella simplemente estaba confundida por el actuar tan empalagoso del de pelaje oscuro.

Dirigió su mirada miel a la roja con tonalidades rosadas, quien sonreía nerviosamente.

—Supongo que la anidación si que lo cambia mucho en actitud.

—Mm...¿qué te parece si te encargo a mi bebé?. El príncipe Nezha dijo que comenzaste a sentir esta necesidad de anidar cuando estaba en mi último mes de embarazo y que aumento cuando lo cuidaste cuando Li y yo nos enfermamos. ¿El dejarte a cargo de mi criatura te calmaria?.

—¡Sí, lo hará! —parecía emocionado por volver a cuidar al bebé de la mayor, quien a este punto ya se encontraba complemente despierto y activo, observando con curiosidad la nueva apariencia del chico frente a sus ojos y el desconocido a su lado.

Liu'er solto finalmente la cintura de la mayor y estiro los brazos con emoción hacía la pequeña criatura, la cual no dudo en hacer lo mismo para que fuera alzada por aquel que le llamaba la atención. Una vez el de seis orejas tuvo al bebé en sus brazos, comenzó a acariciar la cabeza del menor con ternura y cuidado a la vez que daba leves ronroneos que parecía que le encantaban al bebé, sus acciones ocasionaron una mueca de ternura en los otros dos.

—Ahora que lo pienso, ¿por qué justo en estos momentos tuvo esa necesidad de anidar?.

—Podría ser por el instinto de protección hacía los más vulnerables de su entorno, además de establecer algo así como un vínculo con los nuevos integrantes de la manada. Se puede decir que la cría sería lo que mantendría una manada unida, por lo tanto, la manada debería de reconocer el aroma del cachorro y el cachorro el de la manada, creo que también tiene que ver con la protección contra depredadores, no solo para los cachorros, sino también para las madres que estarían cansadas e indefensas contra cualquier amenaza —habló de manera pensativa el de chongos.

—Entonces, esto lo hará cada cierto tiempo que sienta que su aroma desaparece de mi bebé —la mujer estaba realmente curiosa por aquel nuevo comportamiento.

—Tal vez, creo que por eso, y porque los considera realmente cercanos, es que también ha decidido "marcarlos" con su aroma. Mi teoría del porqué también me invito a su nido con ustedes es en parte ese motivo, los demonios tienen un muy buen instinto del olfato y la gran mayoría ubica mi aroma, por lo tanto, si tienen también mi aroma es otra forma de protección —Nezha estaba divagando mucho con su explicación—. Incluso puede ser que me equivoque al respecto con esa teoría. Pero creo que también tendrá estos periodos de anidación solo por seguir su instinto, ya sabe, para tener tiempo para él solo y poder despejarse de todo y de todos.

Yanmei dio una leve sonrisa por aquello, le conmovió de alguna manera saber que Liu'er la considerará a ella y a su bebé parte de su "manada".

—Comprendo, es bueno tener conocimiento sobre esto. Muy bien, dejare a mi bebé solo por unas horas en lo que le doy aviso a Shun y a Li de que estaré aquí por un tiempo más. Además de preparar algo para comer. Príncipe Nezha, lamento el atrevimiento de mi parte por tener que pedirle este favor, pero cuide a estos dos mientras no estoy.

—No hay problema, soy muy bueno con los niños, no por nada soy considerado su protector —soltó con algo de arrogancia en su voz, en su rostro se formó una sonrisa sincera y tranquila.

—¡Oye, ya no soy un niño! —el de ojos dorados parecía ofendido por aquello.

—¿En serio? —preguntó con burla el mayor, el de seis orejas asintió a su pregunta—. No es por nada, pero no actúas como adulto.

—Pero actuare...en algún punto de mi vida —soltó con vergüenza y algo de duda al final, la cual no detectaron los mayores, sus palabras solo ocasionaron una sonora carcajada a ambos.

Si hubieran puesto más atención a la manera en que lo dijo, no estarían riendo, lástima.

—En fin, me retiro por ahora, no hagan nada que pueda poner en peligro a mi bebé.

—Ni en un millón de años —soltaron ambos varones.

La mayor salió del cuarto para finalmente salir de la casa, ambos azabaches quedaron en silencio por unos segundos, mientras que el más joven de los tres jugaba con una de las manos del de seis orejas.

—Así que...somos tú manada —soltó en un tono burlesco.

—¡No digas nada!. Es vergonzoso que tengas conocimiento de estos comportamientos y es mucho más vergonzoso que yo no supiera de ellos —estaba apenado, su rostro tenía un leve tono rosado—. Pero sí...ustedes son mi manada, mi familia, mi todo.

—Aww, ven aquí —el tercer príncipe de loto abrazo al menor, quien no puso resistencia alguna al contacto físico.

Liu'er cerró sus ojos, ronroneando por aquel tacto del mayor, a la vez que seguía jugando distraidamente con el bebé.

Se sentía realmente cómodo y protegido, pero aquellas agradables sensación se desvanetecieron demasiado rápido para su gusto al percibir ciertas voces que no había escuchado desde hace un tiempo.

Monkie Kid: Un Viaje al Oeste DiferenteWhere stories live. Discover now