𝐄𝐥𝐢𝐱𝐢𝐟𝐥𝐚𝐫𝐞𝐬

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La lucha de poder entre Asra y Meena era firme pero silenciosa. Ambos se escabullían detrás de sus objetivos intentando no ser vistos, mas no dejaban de reprenderse entre ellos.

La morena levantaba su cabeza por encima del arbusto en el que se encontraba agachada intentando vislumbrar qué tanto hacían sus objetivos metros adelante. Asra no apartaba su mirada del lugar en el que Meena se encontraba, procurando mantener cualquier ataque de la morena lejos de Levana, lo que Asra no sabía era que Meena estaba molesta por las acciones de Asra hacia Altair, no por la compañía de Levana. Aunque en el fondo también le irritaba aquella sonrisa forzada que la peliblanca presumía al lado del futuro rey.

Meena empuñó la espada que cargaba en su cinturón, molesta por no contar con un catalizador más pequeño o práctico y, con un leve murmuro apenas audible se preparaba para conjurar otro encanto.

Inquieto, el más joven de los príncipes no tardó en evitar que esta pudiera desenvainar su arma, atascándola en su funda haciéndole imposible de manejar. Meena exasperada, tomó un poco de nieve entre sus manos para después lanzar la pequeña bola hacia Asra, la cual se estrelló en su pecho con una fuerza increíblemente descomunal para el cuerpo de la muchacha.

Asra renegó mientras se inclinaba a tomar algo de nieve al igual que su contraria, comenzando ambos a lanzar aquellos inofensivos proyectiles a su oponente como si de un campo de batalla se tratara. Una de las brillantes esferas que Meena había lanzado fue a dar al rostro del príncipe, quien enseguida sacudió su cabeza intentando deshacerse de la escarcha.

Meena rio satisfecha desviando por un momento su atención hacia la pareja que seguía sobre el hielo. Una mueca de disgusto se dibujó en su rostro al notar cómo Altair se inclinaba sobre su compañera intentando mantener el equilibrio.

—რაზილსედ —pronunció la morena provocando que unas partículas escarlatas, apenas perceptibles, jugaran en contra de Altair haciéndole resbalar nuevamente, arrastrando a Levana consigo.

Asra le lanzó una bola de nieve al observar lo que había provocado.

Meena se encogió de hombros despreocupada.

—რაზილსედ —volvió a decir la morena intentando separar a la pareja.

—აუროეისა —rebatió Asra intentando proteger a Levana.

Sin embargo, ambos encantos chocaron antes de llegar a su objetivo, provocando que el hechizo de Meena saliera disparado hacia un desprevenido hombre robusto quien tenía problemas al patinar junto a sus pequeños. Este resbaló empujando a una joven pareja que parecía tener habilidad al deslizarse, quienes intentando mantener el equilibrio por el fuerte empujón del hombre, se estrellaron contra la improvisada barrera de madera que delimitaba el espacio seguro del lago. Barrera de la cual Levana y Altair intentaban detenerse mas el choque provocó que estos cayeran al hielo nuevamente.

Otra bola de nieve golpeó a Asra.

La cortesana y el príncipe al fin lograron salir de aquel suplicio helado en el momento en el que Asra y Meena seguían perdidos en su propia discusión.

Altair le ofreció el brazo a Levana mientras pronunciaba algunas palabras una vez estuvieron a salvo en tierra firme, mas ninguno de los dos espías pudo descifrar lo que decía. La joven asintió lista para acompañarle.

Meena lanzó un encanto hacia Asra, harta de que se entrometiera en sus asuntos, este instintivamente lo reflejó con una habilidad extraordinaria, casi como si aquello fuera nada. El hechizo fue directo a Meena quien intentó protegerse desviando lejos aquel ataque.

Sin embargo, el encanto no se perdió en la nieve, sino que fue a dar directo a Levana quien, al tomar brazo de su Altair, se vio atacada por un ave de plumaje rojizo que llegó volando lista para picotear la cabeza de la pobre muchacha.

Una Corte de Cristal #PGP2023Onde histórias criam vida. Descubra agora