Capítulo 61

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Hace 3 años y medio en las calles de un distrito bajo...

En una noche lluviosa y con tormentas eléctricas se podía ver por las calles a una chica cubierta con un impermeable, quien sujetaba en una mano un paraguas mientras que en la otra llevaba algo envuelto en una mantita blanca a través de su codo doblado a la altura de su pecho.

-No puedo dejar que nadie se entere de ti- dijo aquella chica mientras miraba en todas direcciones.

Pisaba los charcos de agua con cada paso que daba y algunas farolas de las calles parpadeaban, el viento soplaba con fuerza al igual que el frío, pero aquella chica estaba decidida a cumplir su objetivo, hasta que llegó a las puertas de un edificio que tenía escrito "Hogar de niños", entonces dejó caer el paraguas al suelo el cual se fue volando con el viento, para tocar la puerta con fuerza, y al cabo de unos pocos segundos la puerta fue abierta por una mujer de edad slgo avanzada.

-¿Qué necesitas jovencita?- preguntó la mujer.

Entonces la chica extendió la mantita blanca hacia la mujer, quien la recibió entre sus brazos y al mover un poco la manta se vio con la sorpresa de una bebé que dormía profundamente, a lo que le devolvió una mirada sorprendida a la chica.

-¿Es tu hija, por qué la vas a abandonar?- preguntó la mujer desconcertada y en tono apenado.

Y en ese momento un relámpago acompañado de un trueno iluminó el rostro de la chica, revelando a una pelinaranja de ojos plateados y con lágrimas saliendo de ellos.

-Eres solo una jovencita, podrías ser mi nieta, ¿Por qué me traes un bebé, acaso es tuyo?- dijo la mujer atónita.

-Ella estará mejor aquí, por favor le pido que cuide de mi gran tesoro, algún día volveré por ella, lo juro, pero ahora no puedo cuidarla, no pienso ponerla en peligro- dijo la pelinaranja entre sollozos.

-¡No puedes abandonar a tu propia hija, las madres deben estar ahí para sus hijos, aunque estés pasando por un mal momento esta no es la solución, si es por protegerlo de su padre o de alguien solo llama a las autoridades!- dijo la mujer entre molesta y sorprendida.

-Si alguien se entera de ella la matarán, es por eso por lo que hago esto, enviaré dinero para todo lo que necesite, la visitaré cuando pueda, y cuando haya resuelto ese problema finalmente vendré a buscarla, créame cuando le digo que haría lo que fuera para tenerla a mi lado, pero sé que no es posible, apenas estoy a unos meses de terminar la preparatoria, y ya no tengo a donde volver ya que mis padres al enterarse de mi embarazo me echaron de casa, con suerte puedo graduarme, ahora estoy en un trabajo de medio tiempo para pagar mis propios gastos, pero estoy realizando un curso aparte para poder conseguir un mejor trabajo y salario, quiero darle lo mejor a mi hija, y esto es lo mejor que puedo hacer en estos momentos- dijo la pelinaranja con una voz quebrada.

La mujer volvió a mirar a la bebé y luego miró a la pelinaranja, comprendiendo la situación en la que se encontraba.

-Entiendo, te prometo que cuidaré de ella, eres tan joven y ya estás en una situación como esta, sin el apoyo del padre de tu bebé ni de tu propia familia, realmente comprendo tu desesperación, pero espero que no rompas tu promesa de venir a visitarla, ella necesita a su madre- dijo la mujer conmovida.

La pelinaranja asintió con la cabeza para luego disponerse a retirarse del lugar, pero entonces se detuvo y extendió ambos brazos para que la mujer le entregara a su bebé.

-Quisiera tenerla en mis brazos una última vez para despedirme- dijo la pelinaranja con tristeza.

-Claro, es tu hija al fin y al cabo- dijo la mujer entregándole al bebé.

UnOrdinary Alternative [CONTINUACIÓN]Where stories live. Discover now