Me ve por unos segundos siento que va a decir algo más pero a lo último como que desiste de la idea ya que se va y con el los perros menos uno que se acuesta a mi lado.

Sigo tratando de comunicarme con ella pero sigue igual.

- Tu dueña me va a venir matando un día de esto - Le hablo al perro levantándome - Como que se veía mejor de lejos.

Salgo de la oficina y el perro se viene atrás de mi, no lo detengo quien quita y sabe hacer algo y muerda al que ande con ella.

- ¿A donde vas? - pregunta Anabelle a mi espalda.

- Ya te dije la respuesta madre - Suelto lo último con cierta ironía.

- No sabía que te gustaban los perros - Dice en el mismo tono.

- Pues no sabía que estabas viva - Me volteo hacia ella - Pero sorpresa.. Aquí estás.

Entrecierra los ojos y se lo que hace así que sin más me volteo, abro las puertas ya que al parecer a las personas que se supone que trabajan aquí no están en ningún lado.

Salgo y acelero el paso cuando veo al niñato en la puerta de mi casa a centímetros de la boca de Isabella, la jalo hacia mi viendo al rubio frente de mi.

- ¿Que mierda haces aquí? - Pregunto y la chica que tengo en mi pecho comienza a reírse y claro lo que faltaba.

- Yo ... Isabella estaba muy bebida y me ... - comienza a trabarse haciendo que el perro se ponga a la defensiva.

- Lárgate de mi casa - Le digo y se queda como  una estatua - Que. Te. Larges - Le digo pausadamente con toda la paciencia que puedo tener y por fin se larga en menos de nada.

Isabella se remueve abajo de mi, la suelto pero tengo que sujetarla de nuevo ya que se tropieza.

- ¿Es enserio Isabella? - la tomo por los hombros y la muy maldita se ríe.

- Tienes que relajarte - responde arrastrando las palabras - A este paso quedare viuda y ni siquiera me has pedido que sea tu novia aunque ... - Ve hacia el cielo y se queda callada.

Respiro hondo y la cargo como una princesa entrando a la casa, mi madre quien aún se encuentra aquí (no entiendo porque no se va a dormir no se supone que es una vieja que a las ocho debería estar dormida) está de espalda pero se voltea al sentirme.

Me ve sorprendida viendo a la chica que cargo en los brazos.

- Habían socios de tu padre que seguían resentidos porque te iba a entregar el poder antes de que muriera, me amenazaron muchísimas veces Antonio hasta me dijeron que iban atentar contra Massimo y tu estabas muy ocupado cariño - Relata y me da un sin sabor, hubiera preferido que no dijera nada - Lo más fácil fue fingir mi muerte y cuidar a tu hermana sin que ambos se dieran cuenta, te estás manejando muy bien mejor de lo que tú padre lo ha hecho y no puedo estar más orgullosa de ti.

Sus ojos se cristalizan pero vuelve a tomar aire recomponiendose, se cruza de brazos viéndome expectante, Isabella se remueve y no se molesta en abrir los ojos.

- Quiero dormir - Dice haciendo un puchero y mi sonrisa amenaza con salir pero veo Anabelle y todo se va.

- Hablamos mañana.

Unstable. [saga Bernocchi > Libro 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora