Continuamos bebiendo el té mientras hacía lo posible por ocultar que iría a otro universo.

-Maluch-Sama, sobre mí esposo...-Sonreí dándole la carta que me dio Barakiel.-Muchas gracias.

Solo ha pasado una semana y estos parecen tortolitos mandándose cartas. Barakiel no estaba feliz pero andaba demasiado ocupado junto a Azazel justificando la desaparición de una docena de miembros de la familia Himejima mientras evitan una guerra con la facción Sintoista.

Aún así según Shuri Barakiel entendió era la mejor opción a momento. Yo fui llamado a una audiencia con los dioses Sintoistas así que necesito dominar el Ki y comenzar a producir Chakra antes de eso.

Una vez domine la energía física y espiritual podré dominar mejor mis poderes demoníacos y draconianos.

-¿Oni-Sama , le dijiste a Sona?-Oh mierda...

---------------------------------------------------------

Sabía que me estaba olvidando algo...

Apenas fuimos teletransporte dos al territorio Sitri un mayordomo se acercó a nosotros.

-Un gusto verlo bien Maluch-Sama. Sona-Sama está esperándolo en la biblioteca para su partido de ajedrez y me aseguré de que Serafall-Sama no sepa de su llegada-Asentí y le arrojé una moneda de oro.-Gracias señor.

La mansión de los Sitri tenía un toque más de cuento de hadas qué la de los Gremory. Nosotros nos centramos más en el lujo que raya casi en los excesivo, aunque tener un carruaje con diamantes ya es bastante excesivo...

Caminé junto a mi fiel acompañante Kuroka, ella cambió a su forma gatuna para que la amarque. Había venido tantas veces a este lugar que lo conocía de memoria. Varios de mis citas con Sona producto de mis victorias en el ajedrez nos han acercado bastante. Serafall esta igual de shita qué siempre y debo esconderme ya que temo vaya violarme antes de que oficialmente deje de parecer un niño.

Llegamos a  la biblioteca y como siempre las puertas se abrieron automáticamente.

-Cada vez que regreso te veo más hermosa, Sona.-Ella se sonrojó cruzándose de brazos sentada en uno de los sillones del lugar.

Me acerqué y senté a su lado.

-¿Como estuvo tu entrenamiento?-Dijo mientras sacaba un tablero de ajedrez y comenzaba a ordenar las piezas.-Creí que habías olvidado acerca de nuestro acuerdo.

Mientras una sirvienta se acercó a servirnos café. Una vez la sirvienta se retiró puse mi brazo alrededor de la cintura de Sona, ella se puso nerviosa pero no negó mis avances pues después de perder varias veces una de mis peticiones fue permitirme abrazarla más seguido.

-Fue bien, logré sacarle sangre esta vez al viejo lagarto.-La acerqué a mi y ella se negó a devolver el abrazo.-Lamento la tardanza.

Me alejé y me fui al otro sillón para quedar frente a frente y jugar ajedrez.

-¿Como has estado?-La partida comenzó sencilla. Una defensa siciliana por aquí, un par de peones por allá.

La verdad me sorprende lo mucho que Sona ha mejorado, después de todo compite contra alguien con el Cerebro de Thot.

-Bien supongo-Note como parecía querer cambiar de jugada.-Rías no ha parado de venir a presumir su nobleza.

Me reí entre dientes recordando como aún no había comenzado con su nobleza. Le traería a alguien como hice con Rías pero prefiero no intervenir, Soná es del tipo mujer independiente.

-Bueno presume le qué tienes un mejor prometido.-La hice sonreír y aproveché su distracción para preparar una trampa.-Aunque me duele que aún hagamos esto.

El Hijo de la Destrucción Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz