Capítulo 42

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Maldita sea, por primera vez en mi nueva vida odio ser el hijo del Rey Demonio.

Resulta que el día y más que estuve desaparecido mi padre estuvo varias veces a punto de iniciar una guerra contra la facción Carmilla en Rumanía.

Soy algo así como un tesoro nacional tanto por mi estado noble como por ser futura potencia del Inframundo.

Pero mi preocupación radica en otro asunto.

Cuando regresé pude sentir una perturbación en la fuerza...

Jsjsjs no, no es cierto.

Pero al parecer mi supuesta "rival" apenas y tiene su Sacred Gear en Balance Breaker.

Yo que ya puedo usar el Juggernaut Drive sin problemas demuestra la diferencia de poder entre nosotros.

Aunque lo mío es más por exponerme a situaciones peligrosas y suerte pero creo que la buena suerte puede considerarse un poder desde cierto punto de vista.

Tanto por nacer con un cuerpo tan poderoso como por sobrevivir situaciones inesperadas.

Ahora, mi temor no era la pequeña dragona demonio peliplata.

Si, leíste bien lector.

Dragona.

Al parecer no habrá Vali.

Puedo olerlo a kilómetros de distancia y Ddraig también estaba sorprendido.

Usualmente ambos usuarios son del mismo sexo.

¿Por qué?

Ni idea.

Pero mi temor radicaba en la persona a su lado...

Alguien que sin tener Divinidad ni artefactos similares jugó con los principios de la vida y creó sus propios artefactos.

Su única ambición más grande que las mujeres era la investigación.

Un hombre alto, pelo negro con un mechón rubio y una estúpida sonrisa que me da ganas de golpearle la cara.

Azazel...

Ángel Caído, el más poderoso entre ellos y el más peligroso...

El Urahara de este mundo.

Y si mi mal presentimiento es cierto, el conoce mi segundo mayor secreto y mejor arma.

La Yamato.

La mantendré almacenada junto a Balmung.

Aquí solo usaré Blamung, no puedo dejar que otros vean la Yamato.

Incluso la idea de matar a Azazel es mejor que la idea de que sepan que puedo irme a otras dimensiones...

Si, tal vez...

Mi mente ya desarrollaba un plan malévolo cuando sentí un golpe de mi madre en la nuca y una orden de cambiarme más rápido.

-¿No podías evitar que llegue a estos extremos?-Pregunté a mi madre que me daba una mirada severa.

-Tu desapareces sin dejar aviso en territorio enemigo, todo esto en realidad es tu culpa.-Su voz sin emociones hizo callar.

Me coloqué el traje que me dieron para este evento, se supone es una reunión entre líderes para aclarar lo sucedido y yo debo asistir para dar mi versión de lo sucedido.

Si las negociaciones terminan bien podríamos terminar haciendo una alianza con la facción Carmilla, que es exactamente lo que quiero para no alterar el canon ya jodido anteriormente.

El Hijo de la Destrucción Where stories live. Discover now