Capítulo 8

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¿Cómo carajos llegamos a esto?

No te pondré las explicaciones porque al autor le da flojera y todos sabemos que se reveló.

Al parecer mi madre Grayfía no es tanto mi madre.

Es un misterio como diablos mi sangre es tan pura pues mi madre era de origen humano, al parecer ella murió por que su cuerponko era capaz de soportarme.

Había una foto de una mujer que incluso humillaria a Rias en belleza pura.

Ella tiene un rostro sereno y una sonrisa amable pero cautivadora.

Sus ojos son azules y su cabello era exactamente igual al mío.

Me puse el collar que me dio mi padre y miraba el falso cielo estrellado del Inframundo.

Quedamos en pretender que habían logrado extraer el Sacrew Gear de un humano y que me lo implantaron a mi como regalo.

Si una jodida locura, al parecer los demonios prefieren matar un ganó que aceptar que su hijo no es sangre pura...

No, me estoy enojando en vano.

Ellos lo esconden para protegerte pues soy el hijo ddl rey Demonio, ya demostré mi poder nato nato así que si se revela sería para que los enemigos ocultos salgan.

Ahora me encontraba solo, había varias cosas que quería saber pero me serian reveladas con el tiempo.

El problema es que no quiero esperar.

Quiero desahogar mi frustración.

Ahora es probable que ya esté cerca del nivel Demonio de Clase Suprema en mi broma base, usando mi Boosted Gear llego casi al nibel Superdemonio pero eso sería a costa de mi vida.

No puedo usar demasiados aumentos pues mi poder aumenta y mi cuerpo no es completamente capaz de resistir esa presión.

El agotamiento que genera usar este Longinus también es enorme, lo dejaré como mi último recurso por ahora.

-¿Oni-Sama?-Y llego la pequeña niña molesta.

-¿Qué sucede Rias?-Pregunté ya sabiendo lo que dirá.

-¿Estas enojado con Ooji-San?-Preguntó usando en nombre que le dí a mi padre.

Usualmente le digo así, se enoja un poco pero nunca es una molestia pues casi no lo veo.

-No es eso simplemente estoy confundido sobre quien soy-Le Mencioné acariciando su cabeza una vez se sentó a mí lado.

Ambos estábamos listos para que nos presenten ante la sociedad demoníaca esta noche así que ambos íbamos bastante elegante.

Rias llevaba un vestido rojo que combinaba con su melena carmesí, un abrigo blanco sobre este y su pelo recogido dejando caer algunos rulos de cabello.

Si la vietan en el mundo humano la confundirlas con una princesa o algo similar.

Bueno, técnicamente somos de la realeza...

No importa, yo llevaba un traje completamente negro incluso la camisa, cabello recogido en una coleta en la parte de atrás y unos mocasines bastante elegantes.

Colonia ligera, el collar de mi verdadera madre y un corbatín rojo como el cabello de Rias.

Ambos parecíamos modelos pues nuestros genes heredados nos daban un aspecto bastante bueno.

-Oni-Sama es Oni-Sama ¿Verdad?-Preguntó con la cabeza ladeada.

-Si Rias, Oni-Sama es Oni-Sama-Le dije con una sonrisa.

El Hijo de la Destrucción Donde viven las historias. Descúbrelo ahora