CAPÍTULO 1.- primer fragmento

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Bael sonrió brevemente y sus ojos se volvieron de color rojo.


—Yo no estaría tan seguro.


Apareció en su habitación del palacio justo en el momento en que su gemela entraba corriendo a ésta, por un instante pensó que le gritaría, pero esta fue directamente al baño, arrodillándose ante el retrete y vomitando.


Bael puso los ojos en blanco.


—Esto es horrible —habló Gabriela limpiándose la boca con papel—. Genial, tendré que retocar mi maquillaje otra vez.


Bael se apoyó en el marco de la puerta de su baño.


—¿No tienes un baño en tu habitación donde vomitar?


—Tu habitación estaba más cerca, no llegaba a la mía —habló Gabriela antes de tener arcadas y vomitar de nuevo, Bael puso cara de disgusto—. ¿Ya te dije que odio esto?


—Muchas veces.


—Y apenas ha empezado hace unos días, no creo que pueda soportarlo más —Gabriela recién reparó en su hermano—. ¿Por qué carajo estás bañado en sangre y restos humanos?


Bael suspiro sacándose el saco del traje y lanzándolo al suelo.


Gabriela volvió a vomitar cuando vio un dedo arrancado de alguien caer junto a la ropa teñida de rojo de Bael.


—Tuve que ayudar en algo, era urgente —le contó Bael quitándose la camisa y el cinturón del pantalón—, otra manada asesinada.


—Mierda, pensé que por ser semidemonio no tendría estos síntomas del horror —se quejó Gabriela limpiándose las lágrimas—. Ya no me gusta nada.


—Deberías abrir la boca de una vez y contarles a todos sobre esto —habló Bael desnudándose por completo y metiéndose a la ducha—. Así tal vez mi tío Dylan o mi tía Lauren podrían darte alguna medicina, mi querida sobrina seguramente necesita que tomes vitaminas o algo así.


—Bael tiene razón, deberías ser revisada por algún médico —habló Estefan apareciendo con una infusión de menta caliente—. Leí en internet que es bueno para las náuseas. Mi querido "sobrino" debe ser un hermoso feto de dos meses ahora, deberías tener algún chequeo médico.


—¡Es que no tienen habitaciones propias en este enorme palacio! —gruñó Bael hablando en alto por el sonido del agua cayendo sobre él.


Gabriela volvió a tener arcadas, Estefan dejó la infusión en un mueble y fue rápidamente a sujetar el cabello de Gabriela y acariciarle la espalda.


Su embarazo parecía tener menos de dos meses y se había enterado hace una semana. Sucedió cuando estaba entrenando con su hermano y primo. De pronto se sintió mareada y cayó en picada hacia el suelo, ya que los tres estaban volando.

THE RISE OF THE KINGDOM OF THE SUNWhere stories live. Discover now