29; la única razón ❄

Mulai dari awal
                                    

Antes de llegar a casa de mi madre nos despedimos de Mangel y Susana. Ambos estaban muy tomados, por ello tuvimos que pedir un taxi para que los fuesen a dejar.

Por nuestro lado, optamos por caminar.

Una chica nos detuvo para pedirme una fotografía, ella feliz sonrió y se fue, luego de abrazarme. Debo mencionar que se detuvo a ver a la castaña en un momento, pero no dijo nada. Solo le sonrió cálidamente.

Llegamos a la casa y no había nadie. Mamá habrá salido a cenar junto Héctor y Anna probablemente.

Ella entró tímida a la par mía. Daba pequeños pasos con inseguridad.

―Que no te dé pena. Hace unos años corriste, dormiste, comiste y cenaste en esta casa. ―le recuerdo, ésta baja la cabeza. Probablemente recordó que en esa época éramos inseparables por dos palabras: Mejores amigos.

―Eran tiempos distintos...

Cierro los ojos e inhalo profundo y exhalo un poco agotado.

―Vamos.

Abrí el ventanal que da al patio, los columpios de Anna hacen un vaivén por el viento que los mueve ligeramente.

― ¿Puedo? ―señaló ____ los asientos del juego. Asentí y me encaminé hacia ellos.

Comienzo a pensar, en cómo le diré las cosas. Busco una solución para lo que estamos viviendo. Me aferré a las cadenas del columpio ―al momento de sentarme en los asientos de madera que tenía― y me doy un leve impulso sin despegar mis pies del césped. Ella hace lo mismo con la mirada gacha.

― ¿Recuerdas cuando nos tirábamos agua? ―miré a un punto fijo. Se podría decir que miraba hacia la nada. Estaba sumido en mis pensamientos. Una parte de mí divagaba en mis memorias y otra en la vida real.

―En mi casa... Lo recuerdo bien. ―esbozó una sonrisa nostálgica. Sobó ambas manos sobre su regazo.

―Tú madre se enojaba bastante.

―Al igual que la tuya cuando nos subíamos al tejado de mi casa. ―rió a un nivel muy bajo. Notó tristeza en su risa, pero no quiero mencionarlo. Solo sigo ahí. Columpiándome junto con ella.

―Cuando íbamos a mi cuarto a escuchar el disco de Linkin Park...

―Tus comentarios sin sentidos... Mangel decía que bebía llevarte a un hospital psiquiátrico lo antes posible.

― ¿Y no le hiciste caso? ―enarqué una ceja a la vez que sonreí mirando mis zapatillas.

―No... Eras de esas personas a las cuales uno no quiere perder por el simple hecho de que solo con sonreír alegrabas el día de cualquiera.

Reí. Me levanté del asiento para sentarme en forma vertical a este. Dándome para apreciar el perfil de la chica.

― ¿Recuerdas los atardeceres?

―En el techo de mi casa, verano, a las 18:30 en punto.

―Exacto... ―sonreí al verle― Ese tejado es especial.

― ¿Especial? ―soltó una risa irónica― podría jurar que en tú cena de bienvenida dijiste que no tenía importancia, lo que ocurría ahí no era importante, solo charlábamos y ya.

―Haz memoria y no olvides lo que tú también has dicho.

____ guardó silencio.

―Estaba sentida, no me había gustado para nada lo que habías dicho... Ahí fue donde di mí primer beso. ―los colores se le subieron a las mejillas y tratando de que se viera ocultó su rostro con su cabello.

―Fue el mío también. No lo olvides.

―Debo decir algo más. ―agregué― No sé si te has percatado de ello, en la minoría, pero las más importantes de tu vida he sido el primero.

―Mi primer beso. ―afirmó.

―Tú primera vez. ―la observé esperando alguna respuesta de su parte, por desgracia. No recibí nada hasta después de unos minutos.

―Tienes razón.

― ¿Te molesta eso?

Negó y alzó la vista. Soltó un suspiro.

Sus manos se encontraban sobre sus piernas. Ella se levanta, no quiero que se vaya. No quiero.

Se gira y se pone de la misma forma en la cual estoy yo. Me mira detenidamente a los ojos.

―Fuiste él primero en muchas cosas, Rubén.

― ¿Fui?

―Y lo sigues siendo.

Tomé una de sus manos y entrelacé nuestros dedos.

―Aún espero el día en el cual mencionen tu nombre y no me hiera ―confieso llevando mi dedo pulgar a sus labios― y me jode la vida, la idea de que alguien besé tus labios como yo quisiera hacerlo.

Sus ojos amenazan con desbordar en lágrimas. No me gustaba verla así, nunca me gustó. Ni cuando éramos pequeños y lloraba en mi hombro solo por el hecho de que su madre y su padre peleaban continuamente. Ni ahora, ni nunca me gustará verla así.

―Tal vez...

Se calló y miró mis labios detenidamente.

―El último beso que nos dimos no significo que sea una despedida.

― ¿Cómo podemos arreglar esto sin romper en llanto?

No dijo más. Se acercó a mí de golpe, fue repentino precipitado, pero me besó. Algo nos separaba y afortunadamente no era alguien, sino algo.

―Creo que en este momento me encantaría romper la cadena, pero Anna me mataría. ―sonreí sobre sus labios. En un momento cerré los ojos. Porque si esto era un sueño, no quería despertar.

 Porque si esto era un sueño, no quería despertar

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Weeeeeeeeeeeep, ow:(

💮Jm, estoy cansada, no tenía ideas, pero a último momento se me prendió la ampolleta y escribí el capítulo, eso señoras y señores... Se llama suerte, huehue💮

🍃Me encanta hablar con ustedes, porque algunos comentarios -en serio- me hacen el día:'(🍃

🌿YAH, ESTO ES MUY IDIOTA, WARNING⚠, AH. MI MADRE QUERIDA DORADA, hace un tiempo me había prometido un helado porque no sé como llego a mí novela Y ESO ASUSTA, -no se preocupen, seguirá igual, SIN CENSURA, SIN CENSURA...- AHHH, QUERÍAN😏, no, no habrán cambios:v, pero ia' no mhe boi a d-zbiar d-l temah. Ayúdenme a convencerla al 1OO% para que me lo compre porque se supone que era un regalo por los 3OK de Drogadicto:'( de parte de ella, así que en conclusión sería un helado para más de ocho personas, pero se entiende:'v. Ah, eso. Sí me ayudan yo... No sé, ahí veo como las recompenso con Drogadicto😌🙈.🌿 ( ← Parece testamento de lo largo que es:0)

⬆Gif de Rubén en la multimedia⬆

⏪Nos leemos el viernes⏩

A no seeeeeeer...

~Alee^^

❛Drogadicto❜ 💊 [Rubén Doblas]Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang