Las mentiras que nos atan

Capítulo 2 - Vida de instituto

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2 | Vida de instituto

Daphne Barlow

—Menos mal que estáis aquí.

Hay algunos alumnos dentro del aula de biología cuando llego. No muchos, pero ese pequeño grupo de tres con el que he compartido apuntes tantas veces me recibe con una sonrisa. ¿Cómo decirles que he olvidado todo lo que he estudiado y que quiero que me hagan un resumen urgente?

—Buenos días a ti también. —Makeyla, una buena amiga desde que casi incendiamos el laboratorio por accidente juntas el curso pasado, agarra mi brazo para sentarme a su lado—. ¿Qué tal lo llevas?

—Espero que para aprobar.

—¿Esperas? —pregunta.

—He olvidado todo, pero tengo esperanza en que lo recordaré cuando lea las preguntas. Es tipo test, ahí es más difícil suspender, ¿verdad?

—Solo si no decide enrevesar las preguntas como les hizo a los del año pasado en el examen final. —Matt, con quien sigo guardando distancia porque nunca he sentido que le caiga especialmente bien, pone bien las gafas en el puente de su nariz con el comentario—. Que sea tipo test no quiere decir que vaya a ser fácil.

—Matt, no la asustes —se queja Makeyla.

Matt se excusa diciendo que va a por algo a su taquilla y sale del aula.

—Vas a hacerlo bien —ofrece Mackeyla empujando sus apuntes hacia mí—. He marcado lo que creo que va a entrar. Léelo antes de que llegue el profesor. Estoy segura de que lo harás genial.

Con eso se vuelve hacia Kenzo, un estudiante de intercambio que lleva con nosotros desde principios de curso, y empieza a repasar con él algunos de los apartados que más se le complican.

Va a ir bien.

Estuve estudiando y solo pasaba a lo siguiente cuando me aprendía por completo una de las partes así que tengo que saberlo, ¿no?

Porque siento que todo lo que hay en los papeles tiene sentido y que lo he leído, solo que parece escaparse entre mis dedos en cuanto vuelvo la mirada hacia algo más.

Apoyo las manos en mi cabeza e intento dar un buen último repaso.

(...)

Mackeyla sale corriendo de clase después del examen. Ella se ha quedado repasando las respuestas con nosotros después de terminar y ahora tiene dos minutos para llegar al otro extremo del instituto. Kenzo ha ido con ella, metiendo prisa mientras los dos intentan llegar a su siguiente clase.

Matt se ha quedado conmigo.

Solo porque aún no ha podido escabullirse como suele hacer cuando sabe que compartimos la siguiente clase. Aunque, conociéndole, está a dos segundos de darme una excusa para no tener que ir conmigo. Esta vez, cuando le veo abrir la boca para hacer justo eso, me adelanto.

—Qué bien que no ha complicado las preguntas —digo.

—Sí.

—Ojalá haga igual el examen final, la mayoría eran muy obvias, ¿no crees? —pregunto. Matt acomoda la mochila sobre su hombro y mira hacia el pasillo en busca de una salida. Sé que no debería dolerme cuando nunca hemos sido cercanos, pero no puedo evitar que me devuelva un mal sentimiento—. Oye, ¿crees que podríamos...?

—Tengo que irme, quiero hablar con un amigo sobre un trabajo para Literatura Clásica —interrumpe.

Antes de poder decir nada o despedirme, él desaparece por el pasillo. Se mete entre el primer grupo de personas que encuentra para que no pueda seguirle y se va.