A Cuatro Flancos

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— Estás diciendo que el abuelo...

— ¡No! — se apresuró Marie — ¡Ni si te ocurra pensar eso! — su hermana les dió la espalda, evitando el contacto visual con ambas — Pero si se enteran, es lo que van a asumir, por eso no puedes contarle a nadie.

— ¡¿Qué dices?! — exclamó alterada — No puedo ocultarle esto a Kory, son sus padres...

— Es tu decisión — interrumpió la menor de sus tías — pero si le dices, tu abuelo terminara en la cárcel. Los militares no se andan con juegos y tu novia tiene muchos contactos en la academia.

— ¿Mi padre sabe de esto? — preguntó pensativa.

— No, papá supo mantener todo bajo perfil hasta que la investigación se desvió a la empresa fabricante. Al final, nadie pudo encontrar al equipo de diseño, salieron del país poco después de entregarle los aviones a P.O.B — contestó la mayor.

— Kassandra nos confió esta información poco después de marcharse, no quería que ustedes crecieran pensando que simplemente se había largado, pero sabía que teníamos que esperar hasta que tuvieran edad para entender que no es un tema que deba hablarse con nadie más — continuó Rosie.

— O sea que Rick y Thomas lo saben — concluyó molesta, pensando que otra vez era excluida por su propia familia.

Las gemelas negaron haciendo el mismo gesto — No... no hemos hablado con ellos — afirmó Marie, siendo respaldada por su hermana.

— ¿Qué vas a hacer? — preguntó curiosa. Hannah era una chica impredecible, y en ese momento su fidelidad estaba con la joven Mann.

— Lo pensaré — soltó un suspiro, levantándose y dirigiéndose a la salida — Tengo que ir con Kory, ya debemos estar por entrar.

Rosie y Marie se miraron en complicidad sin saber si lo que acaban de hacer era una buena o mala decisión, pero con la tranquilidad de haberse quitado un peso de encima. Ahora, la pequeña Black tenía muchas cosas en que pensar, y esperaban que usara bien esa información.

La puerta se abrió nuevamente antes de que Hannah saliera — Hey, te estaba buscando... ya casi es hora — dijo Mann apareciendo por el marco. De repente abrió los ojos como platos — Creo que estoy viendo doble.

Rosie soltó una carcajada — No habías tenido la dicha de conocer a mi hermana — Kory se acercó, tomando la mano de la gemela — Marie, ella es mi ahijada Kory. Kory, mi hermana Marie — las presentó.

— Diablos, Rosa... al menos avisa, pensé que estaba delirando — bromeó la rubia.

— Mucho gusto... Marie Rosie Black — correspondió la mayor.

— Marie Rosie y Rosie Marie... Phillip tiene una gran imaginación — exclamó la joven. Las tres Black rieron para su encanto.

— Claro, Kory Annabeth es una combinación exquisita — contraatacó Rosie.

Kory apretó los labios, girando la cabeza lentamente para ver a su novia. La pequeña Black soltó una sonora carcajada — ¿¡Annabeth!? — se cubrió la boca tratando de controlarse — ¿Y tú tienes el descaro de reírte de mí? —.

— Gracias, madre, ahora no me va a dejar olvidarlo — dijo tomándose el puente de la nariz.

Marie negó con una risa contenida — Bien, tu y yo vamos primero, seguro nos están esperando — tomó a su hermana del brazo, guiándola a la salida.

— Este no es lugar para hacer porquerías, eh — le advirtió la menor a su sobrina antes de marcharse.

La puerta se cerró, y ellas se miraron con cariño. Kory se acercó, tomándola delicadamente de la cintura — Cualquier lugar es bueno para hacer porquerías contigo — comentó besándole la mejilla.

MANN BOXWhere stories live. Discover now