¿Había alguna razón para trasladar esclavos de otro país a su país de origen?
'Sería una pérdida de tiempo y dinero y el procedimiento sería muy complicado. Si las cosas salen mal, puede generar problemas entre países y causar víctimas'.
No era algo que harían a expensas de tal pérdida.
"Escuché que el Reino de Bruto ha estado recolectando esclavos a gran escala recientemente, pero no conozco los detalles".
Cloud agregó: "Me dijeron que los enviarían allí".
Gran escala.
"Van a botar varias naves..."
Habría muchos esclavos.
Aria murmuró, perdida en sus pensamientos. Pensó que con suerte podría aprovechar esta situación.
"Incluso después de escuchar eso, el señor no podría haber adivinado que era del vizconde O'Neill... No, no lo hagas. Simplemente no hablemos de eso".
Vincent, que escuchó todas las historias a su lado, levantó sus lentes y dijo:
"Al ver que los traficantes de esclavos estaban involucrados, parece que le debía un préstamo a algún negocio de deuda y al Vizconde. No parece querer pagarle al vizconde por el dinero, ya que parece haber trabajado duro para obtener el dinero de la perla de caracol".
Era un tono casual.
Aria recordó a Ted, que estaba desesperado por proteger a su familia.
Vincent murmuró: "Una semana..." y luego chasqueó la lengua y sacudió la cabeza.
"Solo ríndete. Ha pasado mucho tiempo. El hombre llamado Ted ya debe haber sido asesinado por el vizconde O'Neill.
"No. No te rindas.
"¿Sí? ¿Por qué?"
"Todavía no está muerto".
Era un señor del mal gusto que no reía y no lo ignoraba ni siquiera después de escuchar la absurda historia del tesoro de la Atlántida. Fingió darle una oportunidad a Ted hasta el final y jugó con él por diversión.
Es muy probable que todavía fuera el caso hoy.
¿La propiedad de O'Neill está cerca de aquí?
"Es difícil decir si está cerca o lejos, pero el chamán todavía está en la mansión, así que podemos irnos de inmediato".
"Entonces estaré fuera por un tiempo".
Aria dijo a la ligera como si fuera a dar un paseo hacia el frente y se levantó de su asiento.
"Ahora, espera un minuto. ¡Cuñada!"
"¡Gran princesa, no!"
Sin embargo, Vincent y Cloud agarraron simultáneamente el dobladillo de Aria. Y la obligaron a detenerse cuando estaba a punto de seguir recto.
Por alguna razón, en ese momento, los dos estuvieron de acuerdo.
'¿Qué hay de malo con ellos?'
Aria dijo mientras sacudía las manos de los dos que estaban interfiriendo con ella.
"No me detengas. Vuelvo enseguida.
Tuvo la confianza para arreglarlo en un abrir y cerrar de ojos.
Ya fueran traficantes de esclavos o el señor, infiltrarse a través de la canción, lavarles el cerebro y extorsionarlos sería el final.
Pero los dos hombres que la oyeron decirlo con calma se oponen con vehemencia.
"¡Absolutamente no!"
"Sí, nunca".
