Capítulo 24

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Polly.

Unos.

Dos.

Tres disparos. Tres disparos y si quiera lo rozaron, los vidrios de la ventana se hicieron añicos en el suelo y miro la mano del enmascarado sorprendida envuelta en mi muñeca.

La risa de Howard es lo que resuena luego del pasmoso silencio y yo no dejo de mirar al hombre que tengo al lado confundida por lo que acaba de hacer.

—Déjala ir y resolvamos esto entre tú y yo— esta vez se dirige a Howard y la reacción de éste fue alzar una ceja divertido antes de verme directo a los ojos y decir en un acento que reconocí al instante con una mirada fría;

—Prenditi cura della tua famiglia.

No entendí lo que dijo pero me dió escalofríos por el tono que usó, segundos después desaparece de nuestras vistas.

—¿Por qué no dejaste que le disparara?— cuestioné al enmascarado.

—Vete lo más lejos que puedas.

–¿Es lo único que dirás?

No responde.

—Yo me encargo del cuerpo. Largo.

Y en ese preciso instante veo el cadáver de Cinthya y otra punzada retumba en mi pecho. Podría ser lo que sea pero sabía que era una persona inocente.

—¿P-pero a dónde voy?

—Ese ya es tu problema. Busca a tu familia y larguense del país si es posible, ya no puedo ayudarte, tengo otros asuntos.

Dios santo, ¿en qué momento de mi vida comencé a ser fugitiva?

—Necesito respuestas, el por qué de todo— suplico una última vez pero, como era de esperarse, eso no me lo respondió.

–Mientras menos sepas, mejor. Polly, escucha, esto es más peligroso de lo que crees y estás hundida desde el momento que le aceptaste el trato. De ahora en adelante te toca sola, y si te soy honesto, no creo que logres salir viva.

–Pero.. tiene que haber algo que pueda hacer– presa del pánico intento hallar una escapatoria, en cada palabra le suplico una última ayuda pero él suena determinante–. Solo tú puedes ayudarme.

–Lo siento, Polly, ya estoy protegiendo a alguien más.

–¡No pido tu protección! Solo que me digas qué puedo hacer, a quien puedo llamar, qué otra alternativa puede haber.

–Ya te dije, y lárgate que no te queda mucho tiempo.

Y eso hice sin decir una palabra más.







***




El sereno de la noche abraza cada partícula de mi piel en el momento que me bajo del auto donde viajé por horas hasta la finca de mis abuelos. Sentía que el corazón se iba a salir de mi pecho por el presentimiento que se acentuó al momento de estar más cerca de la casa.

Las ramas sonaban cada vez que daba un paso, la noche se sintió más fúnebre que nunca y mis manos no dejaban de temblar.

Miedo. Solo era eso lo que sentía, me preocupaba el futuro de mis seres queridos y el mío.

¿Qué se suponía que debía hacer? ¿Llegar y decir que debemos irnos del país porque estábamos en peligro? Me iban a mirar como si estuviera loca y seguro se reirían de mí, mi abuelo nunca dejaría su finca y mi abuela no dejaría a mi abuelo, siempre he querido tener un amor como el de ellos, podrán pelear, enojarse uno con el otro por cualquier motivo pero no son capaces de vivir uno sin el otro.

Después de que perdí a mis padres en un accidente automovilístico donde Peter quedó parapléjico y me cubrió con su cuerpo para que no me pasara nada, fueron ellos quienes no nos dejaron solos en ningún momento hasta que decidimos ir a la ciudad y valernos por nosotros mismos. Peter y yo siempre hemos sido unidos, y las circunstancias nos llevó a serlos más, su instinto protector a veces me agobia pero al final entiendo que es su forma de cuidarme y teme que me suceda algo porque no lo soportaría así cómo yo tampoco si lo llego a perder.

Por el hombre que hizo todo lo posible para que saliera solo con unos rasguños de un accidente tan trágico y que era casi imposible salir vivos de ahí, me convierto en una fiera y daría mi vida de ser posible.

Si algo me enseñaron mis abuelos, es que toda adversidad se enfrenta con la frente en alto y que todo en vida tiene solución menos la muerte. Tengo que sacar fuerzas y si no las hay las fabrico porque tengo razones para vivir y luchar. Tengo razones para seguir adelante y no rendirme por culpa de mis malas decisiones y un psicópata de mierda.

El trayecto se me hace largo y me detengo en seco cuando veo las luces de los establos encendidas. El abuelo nunca acostumbra dejarlas así antes de dormir y ya era de madrugada.

Corro con fuerza hacia la casa al darme cuenta que está en el mismo estado. Después de las 9:00pm todos tienen que estar durmiendo, desde que Peter y yo vivíamos acá esa siempre ha salido una de la reglas.

La puerta principal estaba abierta y entro con el corazón a punto de estallar. No tenía ni un tercio de buen presentimiento, sabía que algo estaba mal, muy mal.

Y ahí. Justo en ese preciso momento el mundo se me cayó en pedazos, sentía que el alma se escapaba del cuerpo, mis piernas dejaron de funcionar, mis rodillas hicieron contacto con el suelo al caer, cerré los ojos por unos segundos que me parecieron eternos porque tenía que ser una pesadilla los que mis ojos acabaron de ver. El gran charco de sangre debajo del cuerpo de mis abuelos tendidos en el suelo y mis padres con una manta blanca tapándolos por completo son imágenes que nunca serán borradas de mi mente. Nunca.

En mi mente vinieron recuerdos de los momentos que fui felices con ellos y el corazón pareciera que en cualquier momento se me iba a salir del pecho.

Solo hubo una razón que hizo que me levantara aunque mi mente aún se encontraba procesándolo todo. Las fuerzas y el terror que crecieron en mi interior fueron sobrenaturales, aquella razón me estaba consumiendo más de lo que creí, quería creer que en cualquier instante iba a despertar de esta maldita pesadilla.

No dejaba de emitir el nombre de mi hermano una y otra vez mientras lo buscaba abrumada en cada rincón de la finca. Lo busqué hasta que el crepúsculo apareció tiñendo el cielo de un naranja intenso.

Y al fin lo comprendí. Asesinaron de la manera más cruel a mis abuelos y se levaron a Peter.

Mi hermanito..

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⏰ Última actualización: Apr 01 ⏰

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