Capítulo 14

402 37 5
                                    

                Capítulo 14: ¿Amigos?

Polly.

—¿¡Dónde está mi hermano!?— grito sintiendo mi garganta arder.

—Podría matarte e incluso sacarte las tripas, pero no vomites, me parece mucho más asqueroso— su voz es áspera, sonaba amenazante pero a la vez divertido. Me importaba muy poco sus amenazas, así que, por instinto, caminé con pasos firmes hacia donde estaba.

—¡Te acabo de hacer una maldita pregunta!— ya no soportaba la angustia, el corazón me latía tan frenéticamente que creí que en cualquier momento se saldría de mi pecho.

Le divertía mi actitud, lo demostraba a través del brillo de diversión de sus ojos y la sonrisa, pero cuando estaba apunto de llegar para darle su buena paliza, el maldito se guardó la pistola, cogió mi mano y me presionó contra sí de espalda haciéndome una llave, el dolor comenzó a hacerse presente en mi brazo que tenía sujeto y un fuerte quejido salió de mis labios.

—He de admitir que tu furia me enciende— dice cerca de mi oído para luego humedecerlo con su lengua haciéndome estremecer—. Lástima que no vine para eso— rebusca algo en su bolsillo y saca una daga. Aprieto los dientes porque el dolor en mi brazo sigue, mi respiración se acelera un poco y el temor empieza a presentarse.

—Muérete— digo con dificultad.

—Mira esta belleza— la daga la pone frente a mis ojos y me asusta lo filosa que se ve, pero no lo demuestro. Ríe—. Me gusta cuando mis víctimas intentan hacerse las valientes.

—¿Tus.. víctimas?— trago saliva nerviosa.

—Eres muy curiosa, Polly— la punta de la hoja filosa la proporciona en el brazo dónde no me sostiene—. Por eso, te dejaré una pequeña marca— empieza a deslizarla hacia abajo cortándome la piel, el corte no es tan profundo pero duele, así que sollozo.

—Por favor..— suplico para que se detenga, pero lo hace cuando culmina en la muñeca y me suelta por completo.

—Basta de juegos—. Se vuelve a sentar en la silla de ruedas de mi hermano y gruesas lágrimas se deslizan por mi rostro—. Si intentas escapar o hacer algo estúpido, nunca sabrás dónde estará.

Asiento, tendré que hacer lo que me pida si quiero recuperar a Peter.

—Hace un mes no tuve la oportunidad de presentarme. Mi nombre es Howard, puedes buscarme en internet, podría decirse que soy un poco.. famosillo— sonríe, nunca pierde esa sonrisa en su rostro. Y justo ahora estoy pensando en mil formas de quemarle la cara—. Vine en busca de información que tú me darás. Yo pregunto, tú respondes. Por cada respuesta correcta, habrán más posibilidades de encontrar a tu hermanito vivo.

Vuelvo a asentir con el corazón en la garganta.

—¿Te acuerdas de Sarah Fleming?

Quedo anonadada ante su pregunta, escuchar una vez más su nombre me causa un revoltijo de emociones.

—¿Qué pasa con ella?— las manos me empezaron a temblar.

—Odio que me respondan con otra pregunta— se pone de pié caminando a mi alrededor, me sentía como una presa ante su mirada acechadora— aún así tardaste en responder y eso me hace pensar que sabes mucho más de lo que creo— se posa en frente— ¿Quién es el de la dichosa máscara?

Ya no estaba jugando. Empecé a sentir miedo por su expresión, sus ojos oscuros me miraban fijamente y la mandíbula la tenía apretada.

—No tengo ni la menor idea de quién pueda ser— respiro hondo para tratar de calmar mis nervios.

El Enmascarado.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora