•44•

1.3K 164 9
                                    

Jimin y Jungkook habían regresado a su manada pero en esta ocasión en compañía de Jin que decidio ir de visita unos días ya que Namjoon quería presentarle a su familia. Taehyung y Yoongi decidieron quedarse unos días con sus respectivas parejas para poder convivir y disfrutar de su compañía. Jungkook les molesto un poco por querer quedarse con sus alfas pero paro porque les entendía, cuando se tiene a la persona correcta a tu lado no quieres separarte en ningún momento.

Lo primero que hicieron al llegar a la manada fue contarle a sus padres sobre el embarazo de Jimin y Minki puso el grito en el cielo al saber que sería abuela, ella termino llorado en los brazos de Seunghyun al saber que su único hijo estaba formando su propia familia y estaba siendo feliz.

—Te tengo una sorpresa — comento Jungkook peinando los cabellos castaños de Jimin.

—¿Qué es? — trato de voltear a ver al alfa pero este le detuvo para seguirle peinando.

—Es una sorpresa, no puedo decirte aún, mi amor.

—Eres malo — se cruzó de brazos cubriendo su pecho desnudo mientras hacia un puchero.

Jungkook observó embobado la imagen de su Omega haciendo un hermoso puchero mientras su pequeña pancita resaltaba ya que no tenía puesta una camisa.

—No lo soy — beso su mejilla una vez termino de arreglar sus cabellos —Me amarás aún más cuando sepas lo que te tengo preparado — antes de que Jimin dijera algo beso sus labios —Termina de arreglarte, te espero en la sala.

Salió sin esperar respuesta, sabía muy bien que Jimin estaría preguntándole y antes de caer por sus encantos prefirió retirarse, ya tenía todo listo para la adopción de Seung, solo debían ir por él.

—Ya estoy listo — llegó hasta el alfa que le tomo de la mano.

—Entonces vámonos.

—¿A dónde?

—Ya verás, gatito curioso.

Tomados de las manos salieron de su hogar siendo guiados por Jungkook que no dejaba de sonreír contagiando al menor, con solo ver la radiante sonrisa de su alfa su alegría aumentaba de gran manera.

Se abrazo al brazo del castaño mientras caminaban, era una costumbre que había adquirido y le encantaba porque su Omega se removía feliz al sentí el calor de su pareja, amaba cuando salían y hacían eso, Jungkook siempre dejaba besos en su cabellera que alegraban a su corazón.

Recibieron saludos por parte de las personas de la manada y se las devolvieron con cortesía, todos parecían felices con la idea de que era el Omega del futuro alfa y eso le tenía aliviado, al principio tenía miedo de no ser aceptado.

Pasaron por una especie de tienda en dónde tenían a la vista todo tipo de armas, desde arcos hasta dagas y espadas, le llamo la atención una espada negra con la empuñadura de un color plateado. Solo le recordó a la que anteriormente había sido de Geonhak y por petición de él mismo había pasado a manos de Jungkook.

No sé negó porque el anterior dueño decidio a quien dejárselo y si Geonhak quería entregársela a su pareja no se pondría, Jungkook al principio se mostraba inseguro de poseer el arma pero toda esa inseguridad se fue cuando se ofreció a enseñarle a usarla, claro que eso sería hasta después de que nazca su bebé.

Simbólicamente le hicieron una tumba en su honor a Geonhak, querían recordarle con mucho orgullo y cariño por dar nuevamente su vida al proteger a Jimin, sus restos no pudieron ser sepultados debido a que estos se fueron  con el viento y no pudieron hacer nada para recuperarlos.

—Ya llegamos — alzó su mirada encontrándose con la divertida del alfa.

—¿Tan rápido?

—Digamos que te perdiste mucho en tus pensamientos.

Soy tu alfa y tu mi Omega Donde viven las historias. Descúbrelo ahora