Capítulo XVI. La historia se repite.

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Año 1519, Joseon.

Salón del Trono, zona central del Palacio de Changdeokgung, 3er año del reinado del Rey Choi TaeHo, El Grande.




—Su Majestad, ¿no consideraría el hacer una inspección general en la frontera?

—¿Una inspección?— TaeHo frunció el ceño —¿Y con qué propósito debo de hacerlo?

—Sí su Majestad. Un reconocimiento de la zona y la situación.

—Es una muy buena idea, Majestad. Podríamos recabar más información de esa manera y hacer una estrategia adecuada.

—Los Qing todavía no han avanzado demasiado, así que aun podemos ser los primeros en atacar.

—Hacer una ofensiva. Los Ming nos invadieron por no haber actuado con anticipación. Tal vez los Qing podrían pensar en hacer lo mismo.

—Podríamos reforzar la seguridad y evitar que eso ocurra de nuevo e incluso, podríamos enviar a todas las reservas que se encuentran aquí en Hanseong, al norte.

El Monarca, no pudo evitar reírse con fuerza, llamando la atención de todos los funcionarios reunidos en el Salón del Trono.

A quiénes no pudo evitar escanear de arriba a bajo.

Eran unos hipócritas, todos ellos y sin excepción alguna.

Hablaban de movilizar a las tropas y convocar a los soldados, pero a más de la mitad su juramento de lealtad, ese que habían hecho a su nombre el día de su coronación, muy poco les importaba.

Más de la mitad estaba confabulada con la destituida dinastía Cha. Más de la mitad querían su cabeza y lo creían un Rey completamente inepto para gobernar.

—¿Quieren qué su Rey, marche a la zona del conflicto?— indagó sin ser del todo capaz de poder mediar por completo el tono, ni la fuerza de su voz —¿Y qué la capital de este reino se quede sin protección alguna justo cuando su Rey no esté?

El Consejo se quedo en total silencio durante un segundo muy prolongado antes de que alguien más hablará de nueva cuenta.

—No es así su Majestad. Pero no hay una mejor manera de poder vencer a los Qing.

—¿No la hay?— TaeHo los volvió a escanear a todos con la mirada, sin expresión alguna en el rostro.

Era más que increíble la manera en que aparentaban estar preocupados por Joseon, pero planeaban ir en su contra.

Colocar a un nuevo Rey.

No entendía que les hacía creer que poner alguno de los Príncipes de los Cha, haría alguna diferencia. Parecía ser que todos se habían olvidado ya que, durante su reinado, la hambruna y desigualdad social habían llegado a un punto extremo.

—¿¡Están seguros de ello?— les exigió saber y en un acto puro de impulsividad se levantó y bajo del Trono, para pasearse por el pasillo con pasos firmes —Escuchó formas de ataque, consejos sobre mover las tropas e ir al frente, pero ninguna solución.

Los funcionarios dieron un paso hacía atrás, esa era la primera vez, que el Soberano hacía algo como eso, que los cuestionaba y les exigía.

—Su Majestad…

—Silencio. No quiero oír nada más sobre estrategias ofensivas, quiero que piensen— le ordenó, giró sobre su eje y regresó sobre sus pasos volviendo al Trono —Voy a enviar a un emisario. Si podemos solucionar este conflicto sin hacer uso de las armas, será lo más correcto para todos.

An Arrogant Prince [2min] Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora