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Aleska.

La ansiedad está matándome, no puedo mantenerme más, en dos horas empieza la audiencia. Tendré que verle la cara otra vez.

Los brazos me duelen gracias a los aruños que me hice en estado de perdición. El medicamento deja de surtir efectos y cada vez siento los ataques más fuertes.

Nunca había pasado más de dos días sin consumirla, tengo cuatro sin probarla y siento que voy a morir en cualquier momento.

Abren la puerta de la habitación, pienso que es el enfermero para suministrarme más dosis, pero me decepciono cuando veo a uno de los abogados de mi padre entrar.

— Tienes que mejorar o no podremos presentarnos— refuta.

— No está en mi— bramo.

— Hay algo que podremos hacer, pero debes prometer no dirás nada.

Miro como del bolsillo saca la pequeña bolsa con polvo. Mi ansiedad aumenta al igual que el deseo de inhalarla.

Mantengo mi posición observando cómo se acerca a mi y extiende su mano ofreciendo mi bolsa.

—Es necesario— asiente.— Lo harás por última vez.

Arrebato la bolsa derramando todo el polvo sobre la mesa y sin pensarlo, inhalo.

Se siente tan bien.

(...)

El ambiente es tenso dentro de la sala, el Coronel y todos los del ejército militar se encuentran dentro al igual que los abogados de la contra parte.

No hay ningún familiar por parte de Nicolás, el juez llega a la sala y escucho como el abogado de mi padre susurra que ya comenzará la audiencia.

Mis manos sudan de manera fría, el nerviosismo cada vez se hace más presente y yo no puedo evitar las ganas de vomitar.

Prohibieron el paso a la prensa, la auditoria será privada y no puedo estar más agradecida por ello.

Tres años de esfuerzo por mantenerme invisible ante los medios y todos se fueron a la mierda.  Mi nombre está en todos los periódicos y noticieros, mis primos y familia no dejan de llamar a mi padre intentando averiguar qué sucedió.

El juez da inicio a la audiencia. No escucho, no capto, ya que mi cerebro se desconectó en el momento que subió al estrado el demonio en vida siendo custodiado por policías.

Nuestras miradas se conectan y me doy cuenta que no se arrepiente en nada por lo que hizo. Levanta su mentón con orgullo regalándome una sonrisa siniestra la cual me dice "no importa lo que hagas, siempre voy a joderte la existencia".

Papá nota que nos observamos y  me hace voltear hacia el juez, aún sin verlo sé que mantiene su mirada en mi.

Comienzan a leer los delitos por los cuales se le acusa,  el no niega ninguno excepto...

— Yo no intenté secuestrar a nadie— aclara mirándome. — Teníamos una deuda pendiente.

— Mi cliente dice la verdad.— interviene su abogado. — Tenían asuntos personales por resolver.

— ¡Objeción señoría!— interviene la teniente. — Se encontraba inconsciente debido a la sustancia química que...

— Sustancia química que ella inhala.

La mirada de todos se dirige a mí, Nicolás no deja de sonreír.

— La víctima es una dependiente a las drogas, señoría— prosigue el abogado. — Todo se trata de una confusión.

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⏰ Última actualización: Mar 27, 2023 ⏰

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