29.

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Nicolás Dima.

{N/A contenido explícito, escena no para sensibles. Si no te sientes cómoda pasa de largo }

(Esa misma noche).

La perra de Jennifer está fuera de mi camino, tal y como todo lo que me estorba. Miro por el espejo del auto a la mujer que yace desorientada sobre el asiento.

Me gusta y mucho, tanto que aún drogada la sigo viendo perfecta. Alex Mendes está detrás cuidando que no ocurra algo contraproducente por efectos secundarios.

— ¿En serio tienes a la madre de Aleska?— inquiere mirándola.

— Si y espero que sepas quedarte callado— amenazo. — Ya te demostré que no perdono traiciones.

Asiente mirando a la ventana, no me preocupa este idiota, de hecho, de los que me sirven lo considero el más leal.

Me amarga no poder llevar a cabo mis planes tal y como habían sido previstos, la maldita hermana de Anderson me arruinó todo. El plan era llevarme a Aleska, pero ya no podré hacerlo ya que dio mi información comprometiéndome con ella.

Eso no quita que me pueda divertir un poco.

— Llega al hotel de siempre— ordeno al chofer.

— ¿Al de su padre?

— No es de mi padre— regaño. — Es  mío.

Se limita a conducir hacía el sitio, no me reta, ninguno de mis empleados lo hace. Saco el maletín de billetes debajo de mi asiento y se lo entrego a Alex.

— Tu paga— espeto.— Márchate rápido que tengo prisa.

— ¿Qué harás con ella?— pregunta dudoso.

— ¿Te importa?— lo fulmino.

— Por mi hazle lo que quieras, solo prométeme que no me meterás en problemas con la policía. Aleska sabrá que yo la drogué.

— No va a hablar— aseguro. — No le conviene echarnos de cabeza, despreocúpate.

Llegamos al sitio y el chofer se estaciona en el lugar exclusivo para mí. Alex se despide yéndose a no sé donde con el maletín en brazos, no me pesa haber gastado tanto en esto, ya que podré lograr lo que quise hacer desde el primer momento en el que la vi.

Abro la puerta del asiento trasero y desabrocho su cinturón, ordeno a mis hombres cargarla hasta la suite <<luce preciosa>>

Me percato del celular que tiene en el bolsillo del pantalón, lo saco y me llevo la sorpresa que no tiene clave <<más a mi favor>>. Busco el contacto de su padre <<necesito que no la busque esta noche>> le envío un mensaje avisando que dormirá en casa de una amiga y lo bloqueo guardándolo para mí.

Avanzo por los pasillos del hotel, los empleados agachan la cabeza cuando paso a su lado en señal de respeto. Una de las mucamas se percata del estado de Aleska y nos sigue hasta llegar a la habitación.

Nos adentramos y demando que la coloquen en la cama. La mucama entra acercándose, toma su brazo sintiendo su pulso mientras yo me sirvo whiskey.

— ¿Necesita que llame a un médico?— pregunta y niego.

— No, márchate.

— Está mal— la señala. — No despierta y...

— Está así porque la drogué— le aclaró. — Continúa con tu trabajo y lárgate.

Me mira sorprendida y noto como el nerviosismo entra en su cuerpo, vuelve su mirada hacía Aleska << otro obstáculo más>>.

— Ella necesita un médico— repite. — No me voy a ir.

Recuperando a mi EX.Where stories live. Discover now