Capítulo 12

27 11 7
                                    

Me lo prometiste

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Me lo prometiste.

Academia Blairsville.

Adaline.

El día que intente lanzarme hacia Saint,  fue digno de convertirse en el peor día de mi existencia.

No sólo por no haber podido cumplir el cometido.

Ni porque me sentí un bicho raro e extraterrestre digno de presentarse como proyecto de estudio para fin de curso.

Sino porque sobre todo… entendí muchas cosas.

La primera que ese ser maligno había instaurado una especie de cláusula en mi organismo.

Marcando unos límites que por si algún motivo rebasaba, sufriría las consecuencias.

Solo yo.

La segunda que comprendí fue…

Que por alguna razón X, él no deseaba que yo conociera el amor.

Cuando lo confirmé de su propia boca.

“Óyeme bien, niñata estúpida. Jamás dejaré que experimentes esto”

Supe que de algún modo, él había irrumpido en mí. Y no saldría sin antes haberme hecho pasar por un auténtico suplicio.

Las pesadillas y la depresión que había ido adueñándose de mi sistema desde que fui entrando a la adolescencia.

Invadiéndome de a poco, como un hongo…. hasta arañar mis paredes  desencadenando el desastre que avecinó en mí.

Aún me encuentro asimilando lo que aconteció entre Dagon y yo, hace dos horas atrás.

Pu-de besar.

Pude besar a alguien.

Besarle a él. Bueno el dió el primer paso.

De todos modos eso no importa Adaline, lo que sí lo hace es que tienes que ponerle freno de mano a lo que sea que estés sintiendo.

Lo que sea que esté empezando a sentir... hacia ese personaje.

Porque sí, lo confieso.

¿Para que engañarnos?

Desde el momento que Dagon entró por mis ojos sentí que esa creencia popular china sobre el hilo rojo, era cierta.

Lo sentí estirarse, contraerse e enredarse dentro de mí.

¿Es eso posible?

¿Que aún me quede una oportunidad?

¿De salvarme de él? Del demonio… ¿A través de mi roce a roce con Dagon?

El shock me atraviesa por la mitad, me contengo de no cubrirme la boca con ambas manos ya que hay gente delante.

Una vez tocado el Infierno Donde viven las historias. Descúbrelo ahora