Capítulo 13

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Ve apuntando.

En algún lugar remoto y disparejo entre las profundidades que alberga el Infierno y donde reina el mal.

(Durante el encontronazo de Adaline y Dagon)

X

Contemplo tan o igual de anclado que la pareja que está besuqueándose, la manera en que se intercambian las babas entre ellos.

Puaj.

Con todo y eso sonrío abiertamente, empapándome de la escenita tan lamentable y lastimera que están ofreciéndome.

Lo mejor de todo es la cara de lambida que se le quedó a Adaline.

¿De verdad cree que permitiré que pruebe el amor? Solo alcanzará a probar las migajas que yo así seleccione para ella con antelación.

Las más pisoteadas, mugrientas y putrefactas que existan.

—Es enserio ¿Te estás riendo?—inquiere sin ocultar su molestia Larissa.

Fastidiándome momentos icónicos como de costumbre.

Esa niña nunca aprendió.

—Déjala tranquila. Ella no es la culpable de…

—Lárgate o te mando a sacar—le advierto, mi tono remarcando y dejando en claro donde terminan y empiezan mis límites.

Maldice por lo bajo durante su ida, entretanto mis siervos se acercan a servirme mi tercera copa.

El contenido me lo reservo.

Al igual que los planes que tengo en mente y el nuevo modus operandi que estrenaré ahora en adelante.

Resoplo por la nariz mandando a llamar a Jasver. Matteo asiente complaciente haciéndome una corta reverencia antes de desaparecerse en el acto en su búsqueda.

Me descojono en mi interior cuando Adaline literalmente babea cuando Dagon se le acerca a limpiarle el ozico con sumo tacto y cierta sensibilidad.

Actorazo.

Con un chasquido hago que uno de los niños que están a cargo de cuidar la vegetación y la fauna de los alrededores del palacio, se me acerque.

Titubea hasta para andar, además de que a simple vista detecto que no cuenta ni con el valor suficiente a devolverme la mirada.

Ni para saber qué hará con lo que le entrego. Se limita a recoger la bola de cristal que se encuentra en mis manos, inclinándose mal parado ovacionándome antes de voltearse de vuelta a su sitio junto a los otros.

Bola que le robe a la vieja entrometida esa, la que Adaline mató. Que no es bola ni mágica sin mi energía invertida en ella claro queda.

Ya me aburrieron esos dos. Estoy ansioso a que llegue la etapa del duelo y el drama.

Entra Jasver como un patán sin guardar decoro, con expresión malhumorada y el semblante en caído. Mis siervos se alejan como alma que lleva el diablo bajando la cabeza atemorizados ante él.

No se asoma ni de lejos a la reacción que hacen cuando aparezco yo... pero por el momento la estimo como aceptable.

Claramente no ha comido lo que su retorcida alma anhela poseer 24/7 .

—Sal y miras de volver a entrar cuando los modales que te inculcamos vuelvan en sí. ¿Fui claro?

Alejo mi atención de él llevándola a mi copa, ofreciéndole unos cuantos sorbos.

Una vez tocado el Infierno Where stories live. Discover now