Capítulo 3

41 24 6
                                    

Una eternidad.

Gloria dimitió.

Eso fue lo que Papá me comentó cuando me encontró bebiendo agua en la cocina unas horas después del torbellino.

Estaba tan atascada y aturdida tanto con lo poco que Gloria me había dicho entre líneas, y mis frustradas ataduras de coincidencias que fue lo único que mis oídos pudieron acaparar mientras su boca seguía moviéndose paulatinamente.

Dimitió.

No sólo no quería entrometerse en mis “asuntos malignos” sino que no quería volver a cruzarse en mi camino.

No la culpaba.

No del todo.

En parte era egoísta sí. Pero una con cerebro.

No quería que la involucrase con mi presuntuosa fuerza demoníaca.

No puedo culparla. Pero. ¿Qué voy a hacer? No, no Adaline. La pregunta correcta sería...

¿Qué puedes hacer?

Seguir con mi vida. Ir a clases.
Fingir que no estoy de una forma u otra poseída o perseguida como quieras llamarlo por un demonio.

Porque es eso, no? No puede ser llamado de otra forma.

Pero este demonio tiene a alguien. Si, esa niña.

Entonces …¿Qué tengo que ver yo en todo este drama siniestro?

¿Acaso no le basta su compañía?

Mierda.

Y si…

¿Y si esa niña estuviese ligada a mí? Un antepasado o algo más profundo…

Sé con certeza algo que no sabía que temería tanto hasta ahora. Trago grueso cerrando los ojos hastiada de este sufrimiento anhelando que alguien se apiade y me rescate. Llevándome muy lejos.

Lejos de aquí.

Ella accedió a darle su corazón y su alma.

El se la bebió, bailo y se divertió con ella hasta que algo que aún está fuera de mis alucinaciones lo lastimó privandole de seguir utilizándola.

Y yo soy la obligada a pagar por los platillos rotos.

**
No le doy más vueltas.

Subo a mi cuarto a trompicones encerrándome decidida a hallar respuestas.

Me dirijo con mis pantuflas de conejito hacia mi escritorio arrastrando la silla para coger asiento.

Esto va para rato.

Espero a que se inicie mi laptop mientras cojo inquieta un lápiz y un bloc de notas. Bien una vez que apartó la mirada de la hoja coloco mis pequeños dedos en el teclado sin reparar en el esmalte perla de mi uñas.

¿Existen los demonios? Siento la presencia de uno.

Pulso enter aún sin elegir cuál página voy a pinchar no sin leer antes una que me robe el interés.

¿Estoy siendo perseguido por un demonio? . 10 Tips para descubrirlo.

Chasqueo la lengua al leer lo último. Ya lo descubrí, amigo.

Fantasmas y demonios. ¿Es un mito?

No me convence. Paso de ponerme a leer relatos ancestrales e históricos ahora.

Paso de ventanillas llegando a la tercera. Me congeló al notar como el ratón se desplaza solo por la pantalla.

Agrando los ojos quedándome en shock.

Una vez tocado el Infierno Where stories live. Discover now