Capítulo 7🖤PARTE II

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El despertar.

—¿Sigues aquí?

Dagon.

Todos sus rasgos crispados y sus espesas cejas fruncidas me detallan el rostro y yo el suyo.

Contengo las lágrimas en cambio no mido del todo la situación, hasta que me encuentro enrollando mis brazos alrededor de su cintura.

Escondo como un gatito extraviado mi rostro en su pecho.
Puede que ahora mismo el mal esté en mi brazos. Pero omitiré aquello durante unos minutos.

La tensión se hace con todo su cuerpo.

—Por favor, solo un minuto—ruego intentando no derramar ni una lágrima pero finalmente fallo.

Fallo como con Constance.

Como fallé escarbando sobre mis pesadillas y la relación del demonio con ellos.

Como falle viniendo aquí. Estoy literalmente aterrada de tan solo imaginarme el tiempo que estuvo entretenido observandome bailar.

—Ni dos—se queja apretando los labios, alejándome a duras penas de su fornido cuerpo poniendo distancia entre nosotros.

Sin soltarme del todo ya que nuestro rostros están a pocos centímetros.

Me empapo con su hermosura.

Sus ojos muertos y reacios a brindarme apoyo se limitan a examinar escasamente mi rostro. Se detiene por un nanosegundo en mis lágrimas, volviendo hábilmente de regreso a mis ojos.

—Lo presentí. Las fiestas no son lo tuyo. Pero ni tanto para que berrees dándole que hablar a las malas lenguas, no crees? —me susurra tornando el rostro serio , de alguna forma calmándome propiciándome algo de calor.

¿Es cosa mía o suena menos odioso que de costumbre?

Por inercia mi mirada curiosa se desliza hacia más debajo de su rostro.

Sus apetecibles cerezos.

Sabrosos. Lo que daría por llegar a ellos.

No puedes hacerlo, Adaline.

—Deja de mirarme la boca, quieres? —me pilla desprevenida, a lo que agacho la cabeza avergonzada estremeciéndome—Me hartaste desde que llegaste y sigues empeñándote haciéndolo. Eres un fastidioso regalo divino de veras.

Moriría por besarle.

¿Es-es posible? ¿Que con él no sangrase?

Sino todo lo contrario.

Que me deleitara con ella y su sabor en mi boca mientras me bese.

—Yo… Tengo que ir al baño—me las arreglo inútilmente, evadiendo esa ráfaga de nervios que me genera tenerlo casi encima mía —Si. Buscaré uno.

Este niega volteando los ojos hacia arriba antes de dejarme marchar.

Camino entre apresurada y atolondrada hacia cualquier puerta que parezca pertenecer a un baño, perdiéndome más de cinco veces por los alrededores.

Es impresionante.

La arquitectura barroca, los diseños, los muebles de terciopelo. Un poco gótica la decoración por dentro.

Me palpo la sien sintiéndome frustrada aún sin haber conseguido muchas respuestas abriendo probando suerte con otra puerta.
Oscura como todas.

Parpadeo algo chocada cuando me topo con alguien dentro.

—Ups. No sabía que estaba ocupado.

Daxton.

Este se mantiene plantado delante de lavamos sin siquiera mostrar un leve indicio de reacción a mi entrada.

Una vez tocado el Infierno Where stories live. Discover now