Grietas del Corazón ; Lee Minho

36.

Estoy odiándome. Le fallé a Minho y ni siquiera sé cómo pasó. Bueno, sí sé, pero no entiendo como fui tan tonta para dejarme engañar.

Flashback:

Con el cuerpo tembloroso, salí de la cama y me puse mi ropa que estaba tirada en el suelo. Hice lo mejor que pude para mantener el equilibrio, pero sentía demasiadas náuseas como para caminar derecho, así que moverme fue una lucha. Busqué a Suzie en la otra habitación, pero no estaba, hasta que fui a la sala y la encontré recostada en el mueble.

—¡Suzie! —la sacudí alarmada y ella despertó casi de inmediato, mirándome con perplejidad— Suzie, ¿estás bien? ¿Qué pasó anoche?

—¿Anoche? —frotó sus ojos mientras se sentaba. Se quedó pensando por un instante— No... No lo recuerdo. ¿Pasó algo malo?

—No tengo idea, pero... —tragué con dificultad y mi estómago se revolvió— recibí un mensaje de Yuno y no es nada agradable.

—¿Yuno? ¿Todavía te escribe?

Hasta aquí todo parecía fuera de lugar. Nada tenía sentido y Suzie se veía igual de confundida que yo.

Esa misma tarde conseguí hablar con Yuno. Lo cité en mi propia casa porque no me arriesgaría a alterar la paz y armar un espectáculo en la calle al no saber cuál sería mi reacción una vez teniéndolo de frente.

Él se presentó modelando una estúpida sonrisa llena de orgullo.

Al principio logré conservar la calma, pero su cara llena de soberbia me hizo estallar en ira. Le pregunté qué pasó y él explicó que yo me intoxiqué con alcohol y lo busqué, lo cuál es absurdo porque yo ni siquiera sabía que él estaba en la ciudad. Después admitió que en realidad fue él quien me buscó y me llevó a casa.

—Pero... ¿Por qué, Yuno? Si no estaba en mis sentidos, ¿por qué lo hiciste?

—No finjas que no te gustó.

Mi sangre comenzó a hervir y perdí el sosiego.

—¡Lo hiciste de nuevo! —me lancé a él para golpearlo— ¡Otra vez lo hiciste sin mi consentimiento! ¡Me usaste en contra de mi voluntad! ¡Eres un maldito hijo de puta! ¡Te detesto!

Lo golpeaba una y otra vez, pero él no parecía afectado.

—¡Cálmate! ¡Te meterás en problemas! —Suzie me tomó por los brazos y me alejó de él— No te metas en un lío más grande por este idiota.

—¿Idiota? —Yuno acomodó su camiseta mientras sonreía con arrogancia— ¿Se lo dices tú o se lo digo yo?

—¿Qué? —cuestionó una Suzie muy confundida.

Mi pecho subía y bajaba y mis ojos estaban húmedos. Me alejé de Suzie y miré a ambos.

—¿Decirme qué?

—Adelante, Suzie, haznos el honor de confesarlo.

—¿Confesar qué? ¿De qué demonios hablas, Yuno? —Suzie pasó de estar confundida a estar molesta.

—No seas hipócrita. Dile a tu amiguita que todo fue un plan del que tú formaste parte.

—¿Qué plan?

Mi voz temblaba y mi corazón latía sin control; podía sentirlo en mi garganta.

—¿Recuerdas cuando Suzie te contó que me acosté con Haeyoon? Pues todo fue un plan entre las tres para deshacerse de ti. Suzie te lo diría, tú le reclamarías a Haeyoon, terminarían su amistad y así se librarían de ti. Sabían que después de esto no querrías verlas más, pero la falsa de Suzie prefirió mantener comunicación contigo y ayer te intoxicó para que terminaras revolcándote conmigo.