Lycoris Radiatta.

... Parece que nos lleva a la perdición.

Mi mente se quedó en blanco al leer el contenido del mensaje. Lidiar con la autoridad de un director era una cosa, pero lidiar con un supuesto sicario era algo mucho peor.

En verdad, me arrepentía de haber ingresado en ese instituto.

Mientras poco a poco mi cabeza se llamaba de pensamientos negativos y llenos de temor, pude sentir cómo Chisato entrelazó sus dedos con los míos y apretó el agarre.

Instintivamente mis ojos se posaron en ella.

- Tranquila, si no quieres seguir, lo entenderé - Ella musitó esas palabras con tranquilidad, tratando de mantenerme serena. Sus ojos, oscuros por la falta de iluminación ya que la luz del dispositivo de había apagado hace unos segundos, me miraron de una forma que nunca nadie lo había hecho.

Era preocupación, ella estaba preocupada por mí, a pesar de que fui yo quien comenzó con esto.

Mi mandíbula se suavizó al igual que mi expresión.

- No, todavía podemos hacer algo para cambiar el futuro de este lugar - Negué de lado a lado, luciendo una pequeña sonrisa gracias a ella. Chisato asintió con determinación y energía.

- ¡Podemos hacer esto!.

No tenía ni la menor idea de cómo íbamos a hacerle frente a un sicario, pero por lo menos, la determinación sobraba, llenándome de ilusión.

Iba a decir algo más, pero el cuerpo de la chica e frente de mí cambió de posición.

- ¿C-Chisato...?.

Pude sentir sus pechos en contacto con los míos. Sus manos frías tomaron mis hombros y de a poco, me recostó en el piso.

Para tener más comodidad, ubicó sus piernas a ambos lados de mí regazo. En resumen, ella estaba sentada a horcajadas sobre mí, viéndome con una mirada brillante y excitante.

- ... Cambiemos de tema - Acercándose a mí, susurró a mi oído como yo lo había hecho hace unos momentos, llegando a herizarme la piel al sentir su aliento tan cerca de mí -. Dijiste que no fuera una confianzuda, pero deberías mirarte primero, Takina.

- ¿Qué?.

Chisato sonrió de oreja a oreja mientras sus pómulos se formaban rojos.

- Aquí la confianzuda eres tú.

Luego de terminar esas palabras, toda mi visión se nubló.